HISTORIA EN BREVE

  • Un estudio reciente sobre las reacciones de los perros durante simulaciones de exámenes veterinarios demuestra que muchos sufren altos niveles de estrés, como lo demuestra el lenguaje corporal temeroso y, en especial, una frecuencia cardíaca elevada
  • En un tercio de los perros del estudio, se duplicó la frecuencia cardíaca (latidos por minuto) entre la sala de espera de la clínica y la mesa de exploración
  • Las partes del examen que generaron más ansiedad fueron el inicio, cuando el examinador tocó a los perros por primera vez, y el final, cuando se simuló la administración de una vacuna
  • El entorno de la clínica y el trato que se le da a los perros son el factor que más influye en el riesgo de experimentar estrés durante los exámenes veterinarios
  • El objetivo de las visitas al veterinario sin miedo y de manejo con poco estrés, es priorizar el bienestar emocional de las mascotas; hay muchas medidas que pueden tomar los dueños de mascotas y el personal veterinario para ayudar a las mascotas a evitar el estrés antes y durante las consultas

Por la Dra. Karen Shaw Becker

Si tienes un amigo canino, sabes bien que la mayoría de los perros experimentan estrés durante las visitas al veterinario. No importa su tamaño, edad o temperamento general, los perros pueden experimentar ansiedad al llegar a la clínica veterinaria, y esta puede ser desde leve o manejable hasta convertirse en pánico.

Es fundamental comprender que los perros que experimentan el "efecto de bata blanca" en las consultas veterinarias están sufriendo (y, hasta cierto punto, esto también afecta a sus dueños y al personal veterinario que se encarga de cuidarlos).

La frecuencia cardíaca se duplicó desde la sala de espera hasta la mesa de exploración

Ahora bien, no resulta raro que un equipo de investigadores de la Universidad de Adelaide en Australia haya llegado a la conclusión científica de que las visitas al veterinario pueden ser "experiencias muy estresantes" para los perros. El equipo de investigación midió la frecuencia cardíaca de 30 perros de diferentes edades y razas durante la simulación de un examen veterinario y descubrió que los valores casi se duplicaron en un tercio de los perros, desde el momento en que se encontraban en la sala de espera hasta el momento en que llegaron a la mesa de exploración.

"La atención veterinaria regular es fundamental para la salud y el bienestar de los perros de compañía, pero, cuando se muestran temerosos, pueden dificultar la prestación de cuidados y suponer un riesgo de lesiones para el personal veterinario", señalaron los autores del estudio.
"Este estudio tuvo como objetivo identificar las respuestas fisiológicas y conductuales de una muestra de 30 perros de diferentes edades y razas, ante un examen físico estandarizado en un entorno veterinario simulado".

En la sala de espera, la frecuencia cardíaca media era de 97 latidos por minuto (bpm, por sus siglas en inglés). Durante el examen físico, un tercio de los perros experimentó un aumento casi al doble de la frecuencia cardíaca, con una media de 180 bpm, y un galgo tuvo hasta 230 bpm.

Las frecuencias cardíacas fueron más altas al principio del examen, cuando el examinador les dio palmaditas, y al final, cuando se "simuló" que se les administraba una vacuna. En el espacio intermedio, que implicaba un examen oral, las frecuencias cardíacas fueron más bajas.

Hay partes específicas del examen físico que pueden generar miedo

Los investigadores observaron que los perros con frecuencia cardíaca alta también manifestaron miedo a través de su lenguaje corporal (por ejemplo, apretaban la cola entre las patas o inclinaban las orejas hacia atrás). Asimismo, notaron que las hembras parecían más ansiosas que los machos, en general.

"Los resultados de este estudio sugieren que el examen físico, el cual es un aspecto rutinario de la atención veterinaria, provoca una respuesta de miedo en perros de compañía sanos, en un entorno veterinario simulado", escribieron los autores.
"Esto significa que, aunque se puede desarrollar miedo en relación con otros animales, sonidos u olores que estén presentes, también es posible que haya partes del examen físico que generen miedo debido a una experiencia negativa que hayan sufrido con anterioridad y que haya tenido una relación con un examen físico o con temor relacionado al trato que recibieron".

Para reducir la ansiedad durante las visitas al veterinario, los investigadores sugieren que se establezca una relación con un veterinario concreto para que el perro se familiarice con él. De igual forma, sugieren planificar las visitas para acudir en un momento del día en que la clínica no esté tan concurrida y, de esta manera, evitar que el perro se sienta abrumado por la presencia de otras mascotas y personas.

10 pasos para eliminar el miedo durante las visitas al veterinario

En mi experiencia, el entorno de la clínica y el trato que se le da a los perros son el factor que más influye en el riesgo de experimentar estrés durante los exámenes veterinarios.

Por fortuna, en los últimos años, eliminar el miedo y el estrés se ha convertido en algo muy común en la comunidad veterinaria. Cada vez más veterinarios comprenden que no debe considerarse como "normal" que las mascotas experimenten estrés o miedo cuando acuden a consulta. Como profesión, los veterinarios han comenzado a adoptar la idea de que el estado emocional de sus pacientes es tan importante como su salud física, incluso durante las visitas al veterinario.

Existen innumerables estrategias que las clínicas veterinarias y los dueños de mascotas pueden aplicar para ayudar a los perros (y gatos) a sentirse menos estresados durante las citas con el veterinario. Las 10 recomendaciones del Dr. Marty Becker que encontrarás a continuación fueron publicadas en la revista veterinaria dvm360, dirigidas a veterinarios y al personal de las clínicas, así que las modifiqué un poco para que los dueños de mascotas también puedan aprovecharlas.

De igual forma, adapté algunos detalles de acuerdo a mi enfoque personal para reducir el miedo y la ansiedad en las mascotas:

1. Procurar que la mascota esté tranquila cuando llegue a la consulta veterinaria. Esto implica asegurarte de que haya recibido entrenamiento para usar una jaula (o que esté condicionada a traer puesto un arnés de asiento para el automóvil) y que se sienta cómoda durante los viajes en auto. Para mantenerla relajada durante los días que deba acudir a consulta, adminístrale feromonas como el Adaptil o nutracéuticos relajantes.

Además de modificar el comportamiento, utilizo algunos productos como el acónito homeopático o Hyland's Calms Forte, Bach Rescue Remedy, o una mezcla de Holistic Solutions para aliviar el estrés o miedo durante el trayecto y durante la consulta.

Los nutracéuticos y hierbas relajantes que he encontrado efectivas incluyen albahaca sagrada (Tulsi), valeriana, l-teanina, rhodiola, ashwagandha, GABA, 5-HTP y manzanilla que se pueden administrar unas horas antes de la visita.

Como defensor de tu mascota, también es importante que mantengas la calma. Puedes intentar reproducir música relajante en el trascurso del camino a la cita veterinaria.

2. Limitar sus alimentos antes de acudir con el veterinario. Dale una cantidad más pequeña de alimento o espera hasta regresar a casa (si no le ocasiona ningún problema), en especial si la cita es alrededor de su hora de comida. Si tiene un poco de hambre durante la cita, es más probable que responda a los premios que le ofrezca el veterinario. Asimismo, podrías llevar unos cuantos de sus premios favoritos a la cita.

3. Pasar el menor tiempo posible en la recepción de la clínica. El área principal de la recepción o sala de espera de muchas clínicas veterinarias puede ser un factor que desencadene miedo en las mascotas, debido a los olores, sonidos y presencia de otros animales y personas desconocidas. Infórmale a la recepcionista que esperarás con tu mascota en tu vehículo hasta que haya una sala de revisión disponible, en caso de que no sea posible entrar a una justo al llegar.

Si el veterinario suele llegar tarde, llama con anticipación para preguntarle si llegará a tiempo a la cita. En caso de que se haya retrasado, programa tu llegada de manera que pases el menor tiempo en espera o aguarda en tu automóvil hasta que puedas ir directamente a una sala de revisión.

4. Elegir un consultorio veterinario con salas de revisión específicas para cada especie. Si la clínica veterinaria a la que acudes no cuenta con salas de revisión independientes para perros y gatos, deberías considerar buscar alguna que sí las tenga. Lo ideal es que en las salas de revisión se utilicen feromonas específicas para cada especie, junto con música relajante, coberturas en las paredes y ajustes de temperatura específicos para gatos o perros.

5. Generar una sensación de calma en la sala de revisión. Hay una gran cantidad de medidas que tu veterinario y personal de la clínica pueden implementar para disminuir el estrés de tu mascota, tales como:

Estar en la sala de revisión antes de que llegues con tu mascota

Hablar en voz baja y hacer movimientos lentos

Retirar la parte superior de la jaula transportadora de tu gato (o abrir  la bolsa transportadora) y proporcionarle una toalla para que se esconda mientras se acostumbra a la habitación

Permitir que tu perro olfatee los instrumentos antes de utilizarlos

Evitar el contacto directo con tu mascota y esperar a que ella inicie la interacción

Aplicar un analgésico tópico antes de tocar un área adolorida del cuerpo de tu mascota

Lanzar premios cerca de tu mascota, en vez de dárselos con las manos

Contar con superficies antideslizantes en la mesa de revisión y en el piso, en caso de que el veterinario examine al paciente en el suelo

6. Llevar a cabo la revisión donde el paciente se sienta más cómodo, siempre que sea posible. Las mesas de exploración tienden a generarles ansiedad a muchas mascotas (esa es la razón por la que se necesitan superficies antideslizantes, para ayudar a reducir el estrés). En caso de que el perro sienta miedo, se recomienda examinarlo en el piso (si es resbaladizo, se debe cubrir con una alfombra antideslizante), en el regazo de su dueño, o en el caso de los gatos, en la jaula transportadora (si es posible abrirla desde la parte superior).

7. Descubrir cuál es el mejor método para adoptar una postura adecuada. Esto implica sostener o controlar a tu mascota de la forma que le resulte más cómoda, y que al mismo tiempo le permita al veterinario realizar los procedimientos necesarios. Una vez que el veterinario aprenda a manejar a tu mascota, es necesario que lo anote en su expediente, al igual que el lugar en el que prefiere que la examinen y cualquier otra información que ayude a reducir su estrés.

8. Hacer que las inyecciones sean menos dolorosas. La recomendación original era "ayudar a que las vacunas sean menos dolorosas" porque, por desgracia, muchas clínicas aún administran vacunas en la mayoría de las consultas, si no es que en todas. Esto hace que muchas mascotas se vacunen de manera innecesaria, lo que puede tener consecuencias negativas a largo plazo. Considero que es necesario determinar la necesidad de las vacunas antes de administrarlas mediante la extracción sanguínea conocida como prueba de títulos.

Dicho esto, necesitamos procurar que las mascotas se sientan cómodas durante todas las inyecciones (en especial de microchips, de ser necesarios), extracciones de sangre (incluyendo las pruebas de título de anticuerpos) y otros procedimientos dolorosos. Esto se puede lograr al utilizar agujas más pequeñas, anestésicos tópicos, distrayendo a las mascotas con premios y otras técnicas (como con el TTouch).

9. Sedar a las mascotas cuando sea necesario. La sedación no es algo malo ni es un último recurso en todos los casos. En algunas ocasiones, es lo más humano que podemos hacer para controlar el miedo y el estrés de una mascota. La sedación es de gran ayuda para los pobres perros y, en especial, gatos que están demasiado traumatizados por las visitas al veterinario.

Soy una gran creyente de que los sedantes inyectables podrían evitarse fácilmente en todos los procedimientos que, de lo contrario, provocarían una respuesta de pánico en una mascota, la más común es durante el corte de uñas y limpieza profunda de las orejas. Esto cobra mayor importancia cuando se trata de una mascota que se ha traumado por visitas anteriores que terminaron mal.

10. Procurar el bienestar emocional y físico de cada mascota. Es importante que tú, como defensor de tu mascota, al igual que el personal veterinario, prioricen su bienestar emocional. El examen o procedimiento debe realizarse solo después de que tu mascota se encuentre relajada (o de que un sedante haya surtido efecto).

El que nuestros animales de compañía no puedan decirnos si sienten ansiedad o temor, no significa que no sea así, como demuestra el estudio de la Universidad de Adelaida.

Por ello, es de suma importancia que tanto los dueños de mascotas como el personal veterinario tomen medidas para lograr que nuestros amigos peludos estén lo más relajadas y cómodas posible, antes y durante las visitas veterinarias. En caso de que tu mascota experimente cada vez más temor hacia las clínicas, considera solicitar consultas veterinarias a domicilio por medio de un servicio de veterinaria móvil.