HISTORIA EN BREVE
- El síndrome de disfunción cognitiva canina (CCDS, por sus siglas en inglés) es una forma de deterioro cognitivo en perros que comparte similitudes con la enfermedad de Alzheimer en humanos
- No existe ninguna herramienta o prueba de diagnóstico específica para revelar si un perro tiene CCDS, por lo que se considera un "diagnóstico de exclusión"
- Investigadores de la Universidad Estatal de Carolina del Norte se propusieron determinar si la función cognitiva podría cuantificarse en perros domésticos que envejecen
- Las pruebas cognitivas y los resultados de los análisis de sangre se correlacionaron con las puntuaciones de los cuestionarios de los propietarios, lo que sugiere que un enfoque multidimensional combinado podría ayudar a cuantificar el deterioro cognitivo en los perros
- Los datos podrían ayudar a mostrar más información sobre la enfermedad de Alzheimer en humanos, incluso la forma en que progresa y cómo probar nuevos tratamientos
Por la Dra. Karen Shaw Becker
A medida que los perros envejecen, los signos físicos del envejecimiento pueden ser evidentes, mientras que es posible que el deterioro cognitivo sea más sutil. El síndrome de disfunción cognitiva canina (CCDS, por sus siglas en inglés) es una forma de deterioro cognitivo en perros que comparte similitudes con la enfermedad de Alzheimer en humanos, incluyendo el desarrollo de placas amiloides en el cerebro y atrofia cortical, o degeneración del tejido cerebral que empeora con el paso del tiempo.
Sin embargo, debido a que no existe ninguna herramienta o prueba de diagnóstico específica para revelar si un perro tiene CCDS, se considera un "diagnóstico por exclusión", lo que significa que un veterinario realizará un examen físico y recopilará un historial completo de signos y síntomas del dueño del perro. Si se descartan otras afecciones físicas y los síntomas coinciden con los de CCDS, se realiza un diagnóstico.
Los científicos buscan cuantificar el deterioro cognitivo canino
"Un problema con el enfoque actual es que los cuestionarios solo capturan una constelación de comportamientos en el hogar", dijo Natasha Olby, quien hace poco tiempo realizó un estudio sobre el tema. "Es posible que existan otras razones por las que un dueño de mascotas puede percibir como deterioro cognitivo, desde una infección sin diagnosticar hasta un tumor cerebral".
Natasha y sus colegas de la Universidad Estatal de Carolina del Norte se propusieron determinar si la función cognitiva podía cuantificarse en perros de edad avanzada. Su estudio involucró a 39 perros de 15 razas diferentes, que estaban en la edad avanzada o geriátrica.
Mientras los dueños completaban cuestionarios de diagnóstico, incluyendo la Escala de demencia canina (CADES) y la Escala de calificación de disfunción cognitiva canina (CCDR), los perros participaron en pruebas cognitivas para evaluar la función ejecutiva, la memoria y la atención.
También se realizaron exámenes físicos, ortopédicos y análisis de sangre para medir la muerte neuronal. Las pruebas cognitivas y los resultados de los análisis de sangre se correlacionaron con las puntuaciones de los cuestionarios de los dueños, lo que sugiere que un enfoque multidimensional combinado podría ayudar a cuantificar el deterioro cognitivo en los perros.
"El enfoque que adoptamos no está necesariamente diseñado para ser diagnóstico", dijo Natasha para un comunicado de prensa. "En cambio, queremos usar estas herramientas para poder identificar a los perros en una etapa temprana y poder seguirlos a medida que avanza la enfermedad, al cuantificar los cambios".
Los datos podrían ayudar a mostrar más información sobre la enfermedad de Alzheimer en humanos, incluso la forma en que progresa y cómo probar nuevos tratamientos. Natasha explicó:
"Ser capaz de diagnosticar y cuantificar CCDS de una manera segura y relevante de forma clínica es un buen paso para poder trabajar con perros como modelo para la enfermedad de Alzheimer en humanos. Muchos de los modelos actuales de la enfermedad de Alzheimer, en roedores, por ejemplo, son buenos para comprender los cambios fisiológicos, pero no para analizar tratamientos".
Signos y síntomas de CCDS
El CCDS es común en perros mayores y afecta a casi el 28 % de los perros de 11 a 12 años y al 68 % de los perros de 15 a 16 años. Sin embargo, sus síntomas son similares a los de otras afecciones que también pueden volverse más comunes con el paso de los años, incluyendo enfermedades endocrinas, convulsiones, problemas musculoesqueléticos y gastrointestinales.
El acrónimo DISHAL se puede utilizar para ayudar a recordar los signos específicos que se relacionan con el CCDS. Estos síntomas por lo general comenzarán poco a poco y cada vez serán más severos. Si notas alguno de estos, visita a tu veterinario para descartar otros problemas y recibir un diagnóstico definitivo:
- D – Muestra desorientación, incluso mirar fijamente las paredes o los pisos o quedarse atrapado en lugares extraños, como detrás de los muebles
- I – Muestra cambio en interacciones, en especial las que no son normales, tales como agresión, irritabilidad o cambios en la frecuencia de las interacciones sociales con los miembros de la familia y otras mascotas
- S – Muestra cambios en el ciclo sueño-vigilia, incluyendo dormir más durante el día o dificultad para dormir por la noche; los cambios en el ciclo de sueño y vigilia a menudo se encuentran entre los primeros signos de CCDS
- H – Se presentan heces dentro del hogar, al igual que orinar justo después de haber salido o no avisar cuándo necesita hacer sus necesidades
- A – Muestra cambios de la actividad, que puede ser mucho menor o que las actividades repetitivas tengan mayor presencia, como caminar en círculos. La ansiedad podría contribuir a que estos cambios sean aún peores
- L – Muestra pérdida de memoria o dificultades de aprendizaje, lo que implica que le cueste más trabajo realizar tareas que ya conocía o aprender nuevos trucos
Cómo cuidar a un perro con deterioro cognitivo
Aunque no existe una cura conocida para el CCDS, los perros que lo tienen tienden a vivir tanto como los perros que experimentan un envejecimiento saludable. Por lo tanto, el cuidado es de apoyo y tiene como objetivo mantener a tu cachorro cómodo, seguro y lo más saludable posible durante sus años de vejez.
Es muy importante mantener una rutina regular, así que esfuérzate por mantener las comidas, los paseos y la hora de acostarse/levantarse a la misma hora todos los días.
Una alimentación balanceada nutricionalmente, muy poco procesada y específica para cada especie (baja en carbohidratos) que sea rica en grasas saludables, incluyendo los ácidos grasos omega-3 (DHA y EPA) y grasas funcionales saludables que nutren el cerebro, como el aceite MCT, es muy importante para la salud cognitiva, mientras que el apoyo con nutracéuticos también puede ser beneficioso para los perros con CCDS.
Recomiendo agregar 1/4 de cucharadita de aceite de coco a diario con los alimentos por cada 4.5 kilos (10 libras) de peso corporal. Además, es importante incluir una fuente de donantes de metilo, como SAMe (S-adenosilmetionina), que puede ayudar a desintoxicar y reducir la inflamación. Otros suplementos a considerar incluyen:
Extractos de
medusas |
Glutatión |
Resveratrol |
Ginkgo
biloba |
Fosfatidilserina |
Huperzina A |
Pterostilbeno |
Pirroloquinolina
quinona (PQQ) |
Grasas
omega-3 como el aceite de kril de origen sostenible |
Si aún no lo has hecho, programar un examen de bienestar para mascotas mayores es una recomendación muy buena para detectar cambios tempranos en tu perro para que el tratamiento, incluyendo los cambios de estilo de vida apropiados, puedan comenzar de inmediato.