HISTORIA EN BREVE

  • Algunos veterinarios se están alejando de dicha narrativa, con la esperanza de alentar a sus colegas a estar más abiertos a las pruebas de anticuerpos en lugar de repetir las vacunas de perros y gatos
  • Con demasiada frecuencia, los padres de mascotas se enfrentan con situaciones sin opciones cuando solicitan pruebas de anticuerpos en lugar de una revacunación automática
  • Se pueden realizar pruebas de anticuerpos para el moquillo, el parvovirus y el adenovirus para determinar si las vacunas causaron inmunidad; al igual que la inmunidad de un gato a la panleucopenia
  • Las pruebas de anticuerpos de la vacuna contra la rabia están disponibles; sin embargo, no son una prueba "aceptable" de inmunidad según la ley en la mayoría de los estados y países
  • Una prueba de anticuerpos positiva significa que una mascota está protegida. Por el contrario, un resultado negativo no siempre significa que una mascota sea vulnerable a la enfermedad
  • Muchos dueños no comprenden que las vacunas no siempre producen la inmunidad deseada en su mascota; sin embargo, la prueba de anticuerpos ayuda a determinar si un animal está protegido o no

Por la Dra. Karen Shaw Becker

Durante los últimos ​años, ​las ​personas han ​comenzado ​a ​buscar ​alternativas ​más ​saludables ​a ​las ​vacunas. De ​hecho, ​esta ​tendencia ​surgió ​debido ​a ​todas ​las ​lesiones ​que ​han ​causado ​en ​la ​salud ​humana, ​lo ​que ha llevado ​a ​los ​dueños ​de mascotas a ​cuestionar ​la ​necesidad ​de ​volver ​a ​vacunar ​a ​sus ​queridos compañeros peludos.

Por ​desgracia, ​muchos ​dueños de mascotas ​reciben ​una ​respuesta ​negativa cuando ​le ​piden ​a ​su ​veterinario ​que ​realice ​un ​análisis ​de ​anticuerpos ​en ​lugar ​de ​aplicar ​otra ​dosis ​de ​alguna ​vacuna. Uno ​de ​los ​pretextos ​más ​comunes ​es ​que ​este ​tipo ​de ​análisis ​cuesta ​hasta ​10 ​veces ​más ​que ​la ​vacuna.

Por ​ejemplo, ​hace unos meses ​una ​conocida ​me ​contó ​que ​su ​veterinario ​le ​dijo ​que ​el ​análisis ​de ​anticuerpos ​para ​el ​moquillo ​y ​el ​parvo ​le ​costarían ​215 dólares ​cada ​uno, ​que ​junto ​con ​el ​chequeo ​de ​bienestar semestral ​de ​su ​perro ​de ​11 ​años ​tendría ​un ​costo ​aproximado ​de ​800 ​dólares. Esta es una ​cantidad ​de dinero que ​está ​fuera ​del ​alcance ​de ​muchas personas, ​en ​especial ​con ​todos ​los ​problemas ​de ​inflación ​que ​estamos ​viviendo.

Además, ​toda ​esta ​situación ​hace ​que ​los ​dueños ​comiencen ​a ​desconfiar ​de ​los ​veterinarios ​que ​prefieren ​correr ​el ​riesgo ​de ​administrar ​muchas ​vacunas ​en ​lugar ​de ​ofrecer ​análisis ​de ​títulos ​para ​determinar ​si ​sus ​pacientes ​ya ​están ​protegidos ​contra ​la ​enfermedad ​gracias ​a ​una ​vacuna ​anterior.

La ​última ​vez ​que ​entrevisté ​al ​Dr. ​John ​Robb ​de Protect the Pets, ​el ​costo ​del ​análisis ​de ​títulos ​de ​anticuerpos ​(para ​la ​rabia, ​moquillo, ​parvo ​y ​adenovirus) ​en ​el ​Kansas ​State ​Veterinary ​Diagnostic ​Laboratory ​era ​de ​$55.50, ​mientras ​que ​la ​facultad ​de ​medicina ​veterinaria ​de ​la ​Universidad ​de ​Wisconsin ​ofrece ​el ​análisis ​para ​el ​moquillo ​y ​parvo ​en ​45 ​dólares y ​en ​Vaccicheck ​se ​pueden ​encontrar ​kits ​de ​análisis ​a ​un ​precio ​aún ​menor. En ​pocas ​palabras, ​los ​veterinarios ​que ​entienden ​la ​importancia ​del ​análisis ​de ​títulos ​y ​los ​riesgos ​de ​la ​revacunación ​buscan ​laboratorios ​como ​KSVDL ​o ​el servicio ​de ​análisis ​de ​títulos ​de ​anticuerpos ​de ​la ​facultad ​de ​medicina ​veterinaria ​de ​Wisconsin que ​tienen ​precios ​razonables ​que ​no ​afecten ​tanto ​el ​bolsillo ​de ​sus ​clientes.

La ​buena ​noticia ​es ​que ​algunos ​veterinarios han ​comenzado ​a ​darse ​cuenta ​que ​seguir ​ciegamente ​el enfoque ​de ​revacunación en ​contra ​de ​los ​deseos ​de ​los ​clientes ​no ​es ​la ​mejor ​opción ​para ​la ​salud ​de ​las ​mascotas.

Una prueba de anticuerpos positiva ​significa ​que ​la ​mascota ​está ​protegida

Por ​ejemplo, ​el ​Dr. ​Richard ​Ford ​de ​la ​comunidad ​veterinaria, ​alentó ​a ​los ​asistentes ​de la conferencia ​2020 ​Midwest ​Veterinary a ​dejar ​de ​comparar ​las ​vacunas ​con ​los ​análisis ​de ​títulos, ​y ​mejor ​considerar ​el ​"uso ​de ​este ​análisis ​para ​determinar ​la ​respuesta ​a ​las ​vacunas".

Existen ​cuatro ​enfermedades ​caninas ​y ​felinas ​para ​las ​que ​el ​resultado ​positivo ​en ​un ​análisis ​de ​anticuerpos ​puede ​considerarse ​como un ​indicador ​definitivo ​de ​que ​el ​animal ​tiene ​inmunidad ​protectora: ​moquillo, ​parvovirus ​y ​adenovirus ​en ​perros ​y la panleucopenia en gatos.

Recordemos ​que ​aunque ​algunas ​compañías ​privadas​ (como ​guarderías, ​peluquerías, ​etc.) ​pueden ​solicitarlas, ​por ​ley, ​estas ​vacunas ​no ​son ​obligatorias. Conozco a ​muchos ​dueños ​de mascotas que ​no ​se ​animan ​a ​realizar ​este ​análisis ​porque ​creen ​que ​es ​ilegal, ​pero ​no ​es ​así.

Solo ​la ​vacuna ​contra ​la ​rabia ​es ​obligatoria, dado ​que ​es ​obligatoria ​en ​la ​mayoría ​de ​los ​países. ​La ​ley ​establece ​que ​el ​análisis ​de ​títulos ​para ​la ​vacuna ​contra ​la ​rabia ​no ​es ​evidencia ​de ​inmunidad ​protectora.

Sin embargo, creo que es muy importante hacer algo al respecto. Las leyes que no se basan en evidencia científica obligan a los dueños y a los veterinarios a volver a vacunar a los animales que ya tienen inmunidad protectora contra esta enfermedad. Estas nuevas dosis de la misma vacuna no producen beneficios adicionales (es decir, no hacen que las mascotas sean "más inmunes") y en algunos casos pueden ser perjudiciales.

Con ​respecto ​a ​las ​demás ​vacunas ​básicas, ​hay ​dos ​tipos ​de ​análisis ​de ​títulos ​disponibles: ​cuantitativo ​y ​cualitativo. El análisis cuantitativo se envía a un laboratorio y los dueños reciben los resultados en unos cuantos días.

Los ​resultados ​se ​reportan ​como ​un ​título (​por ​ejemplo: ​1:1600, ​pero ​el ​número ​no ​es ​lo ​de ​menos); sin embargo, ​lo ​importante ​es ​que ​sea ​positivo ya que esto ​indica ​que ​el ​cuerpo ​ha ​producido ​anticuerpos ​contra ​ese ​virus. En su conferencia, el Dr. Ford enfatizó que solo hay dos opciones: el animal es inmune o no, por lo que no tiene caso enfocarse demasiado en el número en sí.

El análisis cualitativo se realiza en clínicas veterinarias que brinda resultados (“sí” = positivo; “no” = negativo) en casi 25 minutos. Este tipo de análisis se considera válido y un resultado positivo se correlaciona con los resultados del análisis cuantitativo.

Un a prueba ​negativa ​no ​siempre ​significa ​que ​una ​mascota ​no ​está ​protegida

El Dr. Ford advierte que, si un análisis de anticuerpos para una de las cuatro enfermedades que mencionamos produce un resultado negativo, los veterinarios no deben asumir que un gato o perro adulto que ya fue vacunado no está protegido contra esa enfermedad. Como explicó la veterinaria Kate Boatright en el artículo de la revista veterinaria dvm360:

"Con ​el ​tiempo, ​los ​niveles ​de ​anticuerpos ​que ​circulan ​en ​la ​sangre ​disminuyen, ​pero, ​el ​sistema ​inmunológico ​tiene ​memoria, ​por ​lo ​que ​puede ​producir ​una ​respuesta ​inmunológica ​si ​se ​encuentra ​con ​la ​enfermedad. Una prueba negativa ​en ​un ​cachorro ​que ​ya ​recibió ​sus ​primeras ​vacunas ​indica ​que ​el ​sistema ​inmunológico ​aún ​no ​ha ​respondido ​a ​las ​vacunas ​o ​es ​posible ​que ​no ​pueda ​responder".

Según ​las ​directrices ​de ​la ​American ​Animal ​Hospital ​Association ​(AAHA) ​para ​perros ​y que ​también ​se ​aplican ​a ​la ​panleucopenia ​felina:

  • Un resultado"negativo" no siempre se correlaciona con la vulnerabilidad. Los anticuerpos podrían estar por debajo de los niveles detectables debido a la falta de exposición, incluyendo la revacunación. En el caso de los perros adultos que obtuvieron un resultado positivo contra CDV, CPV y CAV2 en el pasado, es probable que la exposición a virus patógenos provoque una respuesta de "memoria" inmune que produzca una protección anamnésica rápida, incluso años después la última vacuna.
  • Una respuesta "negativa" o "débil" indica que podría necesitarse otra dosis de la vacuna con el fin de restablecer la respuesta humoral por encima del umbral de inmunidad estéril.
  • En efecto, la justificación de que un paciente alguna vez tuvo un resultado "positivo" para moquillo canino, parvovirus o adenovirus denota que existe memoria inmunológica y se espera que, si el paciente se expone al virus, genere una respuesta rápida y protectora. Esto independientemente de si había o no niveles detectables de anticuerpos presentes en el momento de la exposición.
  • Los resultados falsos negativos son poco comunes y pueden relacionarse con un menor nivel de sensibilidad, errores en el procedimiento o bien, porque no ha pasado el tiempo suficiente desde la vacunación, etc.

De ​manera ​sorprendente, ​estos ​puntos ​se ​eliminaron ​de ​las ​directrices ​cuando ​se ​actualizaron ​en ​2022 ​y ​se ​reemplazaron ​con ​información ​que ​desalienta ​el ​uso ​del ​análisis ​de ​títulos ​de ​anticuerpos. Me ​parece ​muy ​triste ​que ​la ​AAHA ​haya ​dado ​un ​paso ​atrás ​cuando ​se ​trata ​de ​ayudar ​a ​los ​hospitales ​a ​crear ​protocolos ​médicos ​personalizados ​que ​satisfagan ​las ​necesidades ​de ​cada ​animal.

El ​campo ​de ​la ​medicina ​veterinaria ​debería ​evolucionar, ​así ​que ​es ​una ​pena ​que ​esta ​organización ​haga ​todo ​lo ​contrario. Esperemos ​que ​el ​próximo ​año, ​la ​experiencia ​innovadora ​del ​Dr. ​Ford ​pueda ​influir ​en ​la ​postura ​actual ​de ​esta ​organización.

Estar vacunado ​no siempre ​garantiza estar ​protegido

Otro ​punto ​muy ​importante ​que ​el ​Dr. ​Ford ​mencionó ​en ​su ​presentación ​fue ​que ​el ​hecho ​de ​que ​una ​mascota ​esté ​vacunada ​no ​significa ​que sea inmune a esa enfermedad. Las ​vacunas ​tienen ​como ​objetivo ​activar ​una ​respuesta ​del ​sistema ​inmunológico ​para ​proteger ​contra ​una ​enfermedad ​determinada.

Sin embargo, según el Dr. Ford, la investigación demuestra que, a las 12 semanas, solo el 50 % de los cachorros han sido inmunizados contra el moquillo y el parvo, y es probable que se deba a la interferencia de los anticuerpos maternos. Esa es la razón por la que los cachorros (y gatitos) reciben varias vacunas, de modo que al menos una vacuna sirva después de que han desaparecido los anticuerpos maternos.

De acuerdo con el Dr. Ford, a las 16 semanas de vida de los cachorros, el 15 % no está inmunizado. Los dueños que necesiten o quieran saber si su mascota logró la inmunización, pueden solicitar una prueba de anticuerpos de dos a cuatro semanas después de completar el esquema de vacunación. Este es un paso muy importante para determinar si tu cachorro está protegido contra el parvo, moquillo y adenovirus.

Durante los últimos 20 años, he promovido el uso de protocolos personalizados de vacunación, incluyendo un esquema que programe de manera correcta las vacunas en cachorros. El Dr. Ronald Schultz fue el inmunólogo que me presentó esta valiosa herramienta en 1999 para evaluar cuándo es el mejor momento de administrarle las vacunas a los cachorros. Una estrategia inteligente para evitar vacunas innecesarias y poco efectivas es realizar el análisis de anticuerpos a las hembras embarazadas para determinar en qué momento disminuirán los anticuerpos maternos de su camada.

Con ​esta ​información, ​los ​veterinarios ​proactivos ​sabrán ​cuando ​comenzar ​a ​aplicar ​las ​vacunas ​a ​los ​cachorros, ​de ​modo ​que ​sean ​más ​efectivas. Este enfoque fácil e inteligente para sincronizar de manera precisa la vacuna, evita que se administren vacunas innecesarias cuando los cachorros son muy pequeños (y tienen niveles elevados de anticuerpos maternos) y les ofrece la oportunidad de evitar vacunas poco efectivas.

Existe una advertencia que todos los dueños de mascotas deben considerar: existe la mínima posibilidad de que su mascota no "responda" a la vacuna. Algunos perros (aunque muy pocos) no responden de forma genética a la vacuna contra el parvovirus (pero sí responden a otras vacunas).

Estos ​perros ​no ​producirán ​anticuerpos, ​sin ​importar ​cuántas ​veces ​se ​vacunen, ​y ​tienen ​un ​alto ​riesgo ​de ​contagiarse ​de ​parvo, ​en ​especial ​cuando ​son ​cachorros, ​por ​lo ​que ​es ​muy ​importante ​minimizar ​su ​exposición ​para ​prevenir ​infecciones.

Si ​eres ​de ​los ​dueños ​que ​vacuna ​a ​su ​mascota ​cada ​uno ​o ​tres ​años, ​pero ​decides ​realizar ​un ​análisis ​de ​títulos ​y ​sale ​negativo, ​puedes ​asumir ​que ​tu ​mascota ​pertenece ​a ​ese ​pequeño ​porcentaje ​que ​no ​responde ​a ​la ​vacuna.

La ​recomendación ​general ​para ​perros ​adultos ​con ​un a prueba ​negativa, ​sobre ​todo ​los ​que ​no ​cuentan ​con ​información ​sobre ​su ​historial ​de ​vacunas, ​es ​administrar ​un ​refuerzo ​y ​luego ​realizar ​un ​análisis ​de ​anticuerpo ​dos ​o ​cuatro ​semanas ​después, ​para ​saber ​si ​la ​vacuna ​produjo ​anticuerpos.

Pero, ​la ​decisión ​dependerá ​de ​varios ​factores. Las ​mascotas ​deben ​estar ​sanas ​para ​poder ​vacunarse. Por ​ejemplo, ​las ​mascotas ​con ​antecedentes ​de ​reacciones ​adversas ​a ​las ​vacunas, una enfermedad autoinmune, enfermedad ​crónica ​(incluyendo ​el ​cáncer) ​o ​con ​un ​tratamiento ​de ​medicamentos ​inmunosupresores ​no ​deben ​recibir ​vacunas, ​sino ​que ​deben ​someterse ​a ​un ​análisis ​de ​títulos ​de ​anticuerpos.

Información adicional sobre el análisis de anticuerpos y las vacunas

Hoy en día, no es raro que te etiqueten como una persona "antivacunas" si haces cualquier pregunta sobre el número o la frecuencia de las vacunas que recibe tu mascota. En mi opinión, la sugerencia del Dr. Ford de usar títulos para determinar la necesidad de vacunas adicionales convierte a los guardianes de mascotas en personas que aplican vacunas inteligentes, no en personas antivacunas.

Me emociona mucho que el Dr. Ford aliente a los veterinarios convencionales a interesarse más en el tema de los títulos.