📝 HISTORIA EN BREVE
- El virus de la rabia produce una infección inflamatoria grave que suele ser fatal y que ataca el cerebro y el sistema nervioso central
- En Estados Unidos, el virus de la rabia se transmite con mayor frecuencia a través de la mordedura de un animal salvaje que tiene la infección
- Una vez que el virus llega al cerebro, el animal infectado experimentará de una a tres fases de la infección y los síntomas correspondientes
- El diagnóstico de la rabia en animales vivos y sintomáticos requiere un breve periodo de cuarentena y muestras de fluidos
- Es posible prevenir la infección si se aplica una vacuna inicial contra el virus de manera oportuna y se aplican los refuerzos según lo exija la ley, o si se realizan pruebas de títulos a las mascotas en riesgo
🩺 Por la Dra. Karen Shaw Becker
La rabia, que también se conoce como encefalomielitis viral aguda, es una infección inflamatoria muy grave que suele ser fatal y que afecta el cerebro y el sistema nervioso central (SNC). La rabia es un virus de ARN de cadena sencilla que pertenece al género Lyssavirus de la familia Rhabdoviridae, que se transporta en la sangre y la saliva de los animales infectados.
¿Cómo se infectan las mascotas?
En Estados Unidos, el virus de la rabia suele transmitirse cuando un zorro, mapache, zorrillo, coyote o un murciélago muerde a un perro o a un gato. Las partículas de virus infecciosos se encuentran en la saliva de estos animales para transmitir la enfermedad de manera más eficiente.
Es muy poco común, pero también se ha documentado que es posible infectarse al exponerse a los gases que emite un animal infectado en descomposición. Esto suele ocurrir en cuevas donde hay poblaciones numerosas de murciélagos infectados. Debes considerar esto si tienes un perro de caza o si te gusta explorar cuevas con tu mascota.
La rabia es una enfermedad zoonótica, lo que significa que los animales infectados también pueden transmitirla a los seres humanos. Una vez que el virus de la rabia entra al cuerpo de una mascota, se multiplica en las células musculares y se propaga a los nervios sensoriales y motores periféricos cercanos, los cuales lo trasladan al cerebro y al sistema nervioso central (SNC).
Durante el período de incubación antes de que el virus entre al SNC, el animal infectado no presenta síntomas y no puede transmitir la enfermedad. El virus no se desplaza muy rápido, ya que el tiempo medio entre la exposición y la afectación cerebral es de tres a ocho semanas en perros y de dos a seis semanas en gatos. A pesar de ello, se han informado períodos de incubación de hasta seis meses en los perros.
Fases de la infección y síntomas
Una vez que el virus llega al cerebro, el animal infectado experimentará de una a tres fases de la infección. También en este punto, el virus se desplaza a las glándulas salivales, donde puede transmitirse por mordedura. Solo leer sobre lo que le pasa a un animal con rabia es perturbador, pero si tienes una mascota, es necesario que sepas qué debes identificar.
La primera fase de la rabia es la fase prodrómica, que suele durar entre uno y dos días en gatos, y de dos a tres días en perros. Durante esta fase, los síntomas pueden incluir fiebre, ansiedad, nerviosismo y deseo de estar solos. Las mascotas que son amistosas podrían mostrar timidez o irritabilidad.
Resulta interesante que los animales que son agresivos pueden volverse dóciles y afectuosos, lo que es muy común en animales salvajes que contraen la infección. La mayoría de las mascotas también lamen el área de la mordida de forma persistente.
La segunda fase de la rabia consiste en, ya sea, la fase de furia o la fase paralítica, que también se llama fase muda. En la fase de furia, que podría durar de uno a siete días, los síntomas incluyen agitación, irritabilidad, hipersensibilidad al ruido y estímulos visuales, vagar de un lado al otro y presentar comportamientos agresivos. Con el tiempo, el animal se desorienta, comienza a tener convulsiones y al final, muere.
De la fase paralítica podría seguir, ya sea, la fase prodrómica o la fase de furia. Por lo general, se observa de dos a cuatro días después de que se notan los primeros signos de la enfermedad. Los nervios de la cabeza y garganta se ven afectados, lo cual ocasiona un babeo excesivo porque la mascota ya no puede tragar bien.
Asimismo, es posible que experimente una gran dificultad para respirar, presente una mandíbula caída y emita ciertos sonidos característicos de una obstrucción en las vías respiratorias, ya que se paralizan los músculos del diafragma y del rostro. El animal se debilitará de forma progresiva, sufrirá una insuficiencia respiratoria y perderá la vida.
¿Cómo se diagnostica la rabia?
La rabia es un virus que actúa muy rápido, y debe tratarse tan pronto como los síntomas aparezcan, en caso de que la mascota tenga alguna posibilidad de sobrevivir. Si tu perro o gato se involucró en una pelea, sufrió una mordida o rasguños de otro animal, o si sospechas que podría haber entrado en contacto con un animal con rabia, debes llevarlo con un veterinario o a una clínica de emergencia de inmediato.
El diagnóstico de rabia en un perro o gato vivo, se realiza al anotar su historial clínico y observar los síntomas. Las mascotas que son sospechosas de padecer rabia son puestas en cuarentena en una perrera cerrada, en una clínica veterinaria, durante 10 días, y los monitorean con mucho cuidado.
Si tu mascota presenta síntomas progresivos de la enfermedad mientras está en cuarentena, el veterinario tomará muestras de fluidos para analizarlas. Si las muestras arrojan un resultado positivo, por desgracia, la ley estadounidense exige que se lleve a cabo una eutanasia.
Los animales que mueren por una sospecha de infección de rabia son diagnosticados post-mortem (después de fallecer) con una prueba de fluorescencia de anticuerpos directa, que se realiza en un laboratorio aprobado por el estado. Todos los casos confirmados de rabia deben reportarse al departamento de salud del estado.
Por desgracia, no existe un tratamiento para la rabia y no tiene cura. Por lo general, los animales desprotegidos mueren dentro de los 7 a 10 días posteriores a los primeros síntomas.
Prevención y vacunación
Dado que la rabia es una enfermedad devastadora y mortal, es importante que le brindes protección a tu mascota a través de la vacunación, según corresponda y como indique la ley, así como evitar situaciones en las que tu amigo peludo corra el riesgo de tener contacto con un animal con rabia. Las vacunas contra la rabia son las únicas vacunas obligatorias por ley en los 50 estados de Estados Unidos.
Estas vacunas, al igual que todas las demás, tienen el potencial de provocar reacciones adversas que podrían ser muy leves o graves, tales como la anafilaxia y la muerte. Por fortuna, los 50 estados ya tienen un protocolo de aplicación de dosis de refuerzo tres años después de que se administra la segunda vacuna. Sin embargo, algunas leyes de los condados y ciudades podrían ser diferentes, por lo que es importante consultarlo con un veterinario o en el departamento local de control de animales, para obtener más información.
La dosis de la vacuna contra la rabia es un tema que genera un gran debate entre los veterinarios. La mayoría de los veterinarios integrales consideran que aplicar un enfoque "universal" de vacunación provoca que los perros de menos de 40 libras corran el riesgo de presentar reacciones adversas; sin embargo, la ley exige que todos los perros reciban una dosis de 1 mililitro.
Por fortuna, el Dr. John Robb ha resaltado este problema a nivel nacional y esperamos que esto cause una mayor concientización, que impulse cambios en este requerimiento en cada uno de los estados.
Algunos estados permiten exenciones médicas de las vacunas contra la rabia en el caso de que las mascotas padezcan alguna enfermedad, o que hayan presentado una reacción adversa a la misma en el pasado. A lo largo de los años, he hecho muchas exenciones médicas para mascotas que tenían alguna enfermedad crónica o el riesgo de tener una reacción tóxica a esta vacuna. En vez de eso, realizo una prueba de titulación de anticuerpos antirrábicos, y, en muchos casos, estas mascotas no requieren recibir vacunas adicionales.
Recomendaciones para que la vacunación contra la rabia sea más segura
Aconsejo esperar hasta que una mascota tenga la edad permitida por la ley antes de aplicarle la primera vacuna contra la rabia. En algunos estados, los animales deben tener seis meses de edad. En otros, es un poco antes. Por lo general, se requiere una vacuna de refuerzo en un plazo de 12 meses.
Después de aplicar la segunda dosis, te recomiendo insistir para que tu mascota reciba la vacuna contra la rabia cada tres años. En realidad, la vacuna de cada tres años es idéntica a la que se aplica cada año, así que proporciona la protección requerida por la ley, pero a intervalos menos frecuentes. Esto implica que las mascotas recibirán menos vacunas a lo largo de su vida y, por ende, gozarán de mejor salud.
Además, la vacuna contra la rabia nunca debe administrarse en combinación, ni al mismo tiempo que otra vacuna. Las vacunas antirrábicas se deben aplicar de forma independiente, separadas de todas las demás vacunas, al menos por dos semanas. Dado que la rabia es la única vacuna requerida por la ley, te recomiendo que esta sea la única vacuna que le apliques a tu mascota de nuevo. Podrías realizar una prueba de títulos de anticuerpos para comprobar todas las demás enfermedades.
También, recomiendo que le des un remedio homeopático de desintoxicación llamado Lyssin una vez que reciba la vacuna, en especial si ha presentado una reacción adversa. Vigila de cerca el área en que le aplicaron la inyección después de cada dosis. Si notas inflamación o cualquier anomalía o cambio en la apariencia de la piel, como un bulto, irritación o fuego, consulta a un veterinario de inmediato.
Las vacunas contra la rabia contienen un adyuvante, por lo general, es mercurio (timerosal) o aluminio y puede acumularse en el cuerpo de tu mascota; dale chlorella durante un mes después de las vacunas para ayudarle a reducir la cantidad de metales en su sistema.
El objetivo de la comunidad veterinaria integral es que la fundación Rabies Challenge Fund, que fue creada por el inmunólogo (Dr. Ron Schultz) y la veterinaria Dra. Jean Dodds, demuestre que la vacuna contra la rabia proporciona un período de inmunidad superior a tres años.
En última instancia, eso significaría que las mascotas recibirían una menor cantidad de vacunas. Esto permitirá que el sistema inmunológico de los animales esté protegido sin el riesgo de daño acumulativo a causa de la vacuna a lo largo de su vida.