📝 HISTORIA EN BREVE
- La mayoría de los dueños de mascotas buscan formas de ahorrar y evitar las visitas al veterinario por molestias y lesiones que pueden tratarse o prevenirse con remedios caseros
- Para saber cuándo algo está mal con tu perro, y así poder tomar las medidas adecuadas, primero necesitas saber lo que es normal en términos de su salud y comportamiento
- La mejor manera para determinar el estado "normal" de tu perro es realizarle exámenes caseros de salud de manera regular
- Dichos chequeos regulares podrían mantenerte alerta sobre los cambios en la salud de tu compañero canino
🩺 Por la Dra. Karen Shaw Becker
A medida que los precios de todo se disparan, incluyendo la atención veterinaria, cada vez más dueños de perros buscan remedios caseros y otras formas de prevenir y tratar las enfermedades y lesiones menores de las mascotas.
En mi experiencia, una de las mejores formas de prevenir posibles problemas es cuidar y estar al tanto de la salud de tu perro, para que puedas actuar rápido en caso de ser necesario. Dado que tu familiar canino pasa más tiempo contigo que con cualquier otra persona, deberías saber cuando algo "no está bien" con su salud o comportamiento.
Desde luego que para saber cuándo algo está mal, primero debes determinar cuál es el estado normal de tu perro. Esto puedes lograrlo en casa, ya que tu perro se siente relajado en su propio entorno. Lo primero que debes hacer es observarlo: cómo se ve mientras está de pie, sentado, acostado y moviéndose.
Una vez que sepas identificar cuando está tranquilo y cómodo, podrás darte cuenta cuándo algo está mal.
Chequeo de salud para perros que puedes realizar tú mismo en casa
La veterinaria Dra. Shea Cox, fundadora de BluePearl Pet Hospice y líder mundial en cuidados paliativos para animales, escribió una guía en The Wildest con 7 sencillos pasos para que puedas realizar tú mismo un chequeo de salud para tu perro, a la que agregué algunas notas propias:
1. La temperatura de tu perro debe estar entre los 37.5 y 39 °C (100 y 102.5 °F). Toma su temperatura con un termómetro digital rectal, puedes lubricarlo con un poco de aceite de coco, insertalo con suavidad en el recto alrededor de 2.5 cm (1 pulgada) en un perro pequeño y 5 cm (2 pulgadas) si tu perro es más grande. Si no entra con facilidad, no lo fuerces. También existen termómetros sin contacto para mascotas, que funcionan al apuntarlo a la frente de tu perro, pero son más costosos.
2. Revisa la frecuencia cardíaca de tu perro: primero localiza la arteria femoral dentro de su muslo. Usa tus dedos para sentir el movimiento de la arteria y el pulso. Después, cuenta el número de latidos durante un período de 15 segundos y multiplica ese número por 4.
La frecuencia cardíaca de los perros puede variar, pero lo normal en la mayoría de los perros es de 80 a 120 latidos por minuto. Las razas más grandes, en especial los perros deportistas y de trabajo, a menudo tienen pulsaciones más lentas que las razas pequeñas y los cachorros.
3. Comienza por la cabeza: observa muy bien su nariz, debe estar lisa, suave al tacto y limpia. (No siempre tiene que estar fresca o húmeda. Los perros sanos en ocasiones tienen la nariz seca y caliente).
Después revisa sus ojos, deben estar brillantes, húmedos y claros, con poca o nada de secreción. Las pupilas deben estar del mismo tamaño y la parte blanca del ojo debe ser blanca (no amarilla, rosada o roja), con pocos vasos sanguíneos visibles. Sus orejas deben estar limpias, secas y sin olor.
Sus encías deben tener un color rosado y estar húmedas. No debe tener ninguna herida, inflamación ni mal aliento. Sus dientes no deben tener sarro ni placa, la lengua y el paladar deben estar limpios y sin residuos.
4. A continuación, revisa el pecho de tu perro y observa cómo respira. Su pecho debe moverse hacia adentro y hacia afuera con normalidad y las respiraciones deben ser rítmicas. A menos que esté jadeando o sea de alguna raza de cara plana (braquicéfala), su respiración no debería escucharse.
La frecuencia respiratoria normal en reposo para perros es de 15 a 30 respiraciones por minuto. Si tu perro está durmiendo, su ritmo estará cerca de 15 respiraciones por minuto. Si está ansioso o emocionado, estará alrededor de las 30 respiraciones por minuto. Los perros de razas pequeñas por lo general tienen una respiración más rápida en reposo que los perros más grandes.
5. Después de eso, observa con atención la piel de tu perro, que es el órgano más grande de su cuerpo y puede mostrarte un panorama bastante preciso de su salud general. La piel debe ser suave y tersa, sin lesiones. No debe estar rojiza ni con manchas ásperas, y con muy poco olor. El pelo debe estar suave y brillante (a menos que sea de alguna raza de pelo duro).
6. Asegúrate que tu perro esté bien hidratado. Esto puedes hacerlo al jalar con suavidad la piel de su cuello o espalda, y después soltarla. Debería volver de inmediato a su forma normal. Si se tarda en regresar a su lugar, es posible que necesite tomar más agua o consumir alimentos húmedos. La deshidratación también podría es un síntoma de diversos problemas de salud.
7. Ahora revisa el torso: pon tus manos justo detrás de las costillas de tu perro y presiona con suavidad su estómago. Si acaba de comer, podrías sentir el lado izquierdo de su estómago lleno, justo debajo de las costillas, lo cual es normal.
Revisa su peso y tono muscular. Si tiene sobrepeso, lo recomendable es que realice más ejercicio y brindarle una alimentación balanceada específica para su especie. Verifica si su cuerpo está caliente o presenta algún tipo de hinchazón, también evalúa el rango de movimiento de sus articulaciones, estas deben moverse con facilidad.
Frota tus manos sobre su cuerpo desde la cabeza hasta la cola, revisa que no tenga bultos, protuberancias o masas, tampoco signos de malestar o de distensión abdominal; algo que requiera tener que llevarlo con el veterinario.
Si encuentras algún bulto, protuberancia o verruga inusual durante su chequeo casero, y estás seguro que no sea necesario llevarlo con el veterinario, es un buen punto para comenzar a llevar un historial de su cuerpo. Realiza un dibujo simple de su cuerpo y marca cualquier cosa que hayas encontrado.
Asegúrate de anotar dónde y cuándo lo encontraste, así como el tamaño y cualquier cambio que hayas notado. Si notas algún bulto que haya crecido o cambiado de apariencia en uno o dos días, llévalo de inmediato al veterinario.
Por último, revisa sus dedos, uñas y almohadillas de los pies. No debe tener residuos o suciedad entre los dedos, las uñas deben estar recortadas y las almohadillas no deben tener heridas ni llagas.
Si revisas a tu perro con regularidad, muy pronto podrás identificar cualquier irregularidad. Realizar chequeos de salud caseros con frecuencia, es una manera simple y efectiva de cuidar la salud de tu familiar peludo.