📝    HISTORIA EN BREVE

  • En demasiadas clínicas veterinarias se siguen recetando antibióticos en exceso, con resultados que pueden ser devastadores
  • Hoy en día, los perros y gatos están expuestos a los antibióticos no solo a través de las prescripciones veterinarias, sino también a través de la carne de criaderos industriales que se utiliza en casi todos los alimentos comerciales para mascotas
  • La resistencia a los antibióticos está creando superbacterias que pueden sobrevivir a múltiples tipos de antibióticos; el resultado final pueden ser cepas de bacterias que tienen el potencial de causar la muerte y para las que no existe ningún tratamiento eficaz
  • Excepto en situaciones de emergencia, los antibióticos nunca deben prescribirse sin una prueba de cultivo y sensibilidad para determinar la cepa bacteriana y el antibiótico más eficaz
  • Si tu mascota necesita un antibiótico, adminístraselo exactamente según lo prescrito y también bríndale un suplemento probiótico para reponer las bacterias intestinales saludables

🩺 Por la Dra. Karen Shaw Becker

De acuerdo con mi experiencia, los antibióticos se siguen prescribiendo en exceso en demasiadas clínicas veterinarias, con resultados devastadores. Al igual que las personas, las mascotas pueden desarrollar alergias a los medicamentos que se recetan en exceso. Además, los antibióticos tienen una larga lista de efectos secundarios, muchos de los cuales son de largo plazo.

También existe el problema cada vez mayor de la resistencia a los antibióticos, que es el resultado del uso demasiado frecuente e innecesario de estos medicamentos. Una de las cosas más importantes que hay que saber es que los perros y los gatos están expuestos a los antibióticos cuando comen alimentos que contienen carne de animales criados en granjas industriales, lo que incluye cerca del 99 % de los alimentos para mascotas que se comercializan hoy en día.

Los residuos de antibióticos ascienden por la cadena alimentaria, por lo que, aunque el veterinario no le haya recetado antibióticos a tu mascota, es muy probable que esté expuesta a ellos a través de los alimentos que consume.

La excepción sería si compraras carne orgánica de animales criados en libertad y prepararas en casa la comida para tus mascotas, o si compraras uno de los pocos alimentos para mascotas que contienen este tipo de carne.

También es importante comprender que las infecciones virales y fúngicas no responden a los antibióticos. Dispensar antibióticos para tratar una infección viral es un ejemplo clásico de uso excesivo e indiscriminado del medicamento, lo que sucede con demasiada frecuencia en la medicina veterinaria. Los veterinarios no saben con exactitud qué hacer cuando una mascota estornuda, tose o tiene picazón, por lo que recetar un antibiótico es lo más fácil.

¿Qué es la resistencia a los antibióticos?

La resistencia a los antibióticos es un término usado para describir una situación en la que las bacterias pueden sobrevivir y multiplicarse ante la presencia de un antibiótico que en algún momento las mató o detuvo su proliferación. En muchos casos, incluso cuando las bacterias se exponen por primera vez a un antibiótico en particular, la mayoría morirá, pero algunas sobrevivirán y transmitirán esa resistencia a otras bacterias.

A diferencia de los organismos superiores, las bacterias pueden transferir su ADN no solo a bacterias que no son su descendencia, sino también a bacterias de otras especies. El problema no es que ciertas bacterias causantes de enfermedades sean resistentes a los antibióticos, sino la presencia de genes de resistencia en cualquier tipo de bacteria que transfieren su capacidad de supervivencia a miles de millones de otras bacterias.

Así es como nacen las superbacterias. Una superbacteria es una cepa de bacterias capaces de sobrevivir al ataque de muchos tipos de antibióticos. Cuando el veterinario ya no puede eliminar las infecciones bacterianas con antibióticos, la vida de tu animal corre peligro, y esa es nuestra mayor preocupación.

Por qué son tan importantes las pruebas de cultura y sensibilidad

Si sospechas que tu mascota tiene una infección, o si el veterinario le da un diagnóstico de infección, antes de aceptar un ciclo de tratamiento, solicita una prueba de sensibilidad y cultivo, en caso de que tu veterinario no lo sugiera. Cuando un veterinario prescribe un antibiótico sin un cultivo de bacterias y una prueba de sensibilidad, estará adivinando qué tipo de organismo se encuentra presente y cuál es el mejor antibiótico para tratarlo.

Aunque muchos veterinarios son muy buenos para adivinar, dado el creciente peligro de cepas de bacterias patógenas resistentes a los antibióticos, en mi opinión, ya no hay margen para el error.

Cada vez que se prescribe un antibiótico innecesario o inapropiado,se  aumenta la posibilidad de resistencia. Una prueba de cultivo y sensibilidad le proporciona al veterinario dos datos muy importantes: 1) el organismo exacto que causa la infección, y 2) el mejor antibiótico para tratarla.

Un cultivo es simplemente una muestra del área afectada. Podría ser un hisopo estéril sumergido en orina, o un hisopo de tejido infectado, piel o secreción del oído. La muestra se incuba y monitorea para detectar el crecimiento del organismo, lo que por lo general comienza al día siguiente.

Cuando se forman colonias de organismos, cada uno se examina para determinar qué tipo de bacteria está presente. La parte de sensibilidad de la prueba consiste en colocar pequeñas cantidades de antibióticos diferentes sobre los organismos para ver a cuáles son las bacterias más sensibles (susceptibles).

La concentración inhibitoria mínima o CIM, es la concentración más baja de antibiótico que impide el crecimiento visible de bacterias, lo que le permite al veterinario elegir el antibiótico y la dosis correctos para tratar con éxito la infección de tu mascota.

El proceso de toma de decisiones también debe incluir la elección de un antibiótico que se pueda administrar por inyección, vía oral o tópica para obtener resultados óptimos en el área específica del cuerpo donde se encuentra la infección.

Una prueba de cultivo y sensibilidad lleva un poco más de tiempo que, por lo regular, se trata de un mínimo de 72 horas, así que debes estar preparado para salir del veterinario sin un diagnóstico definitivo que especifique el tipo de bacteria exacto que está creciendo, y sin una receta.

Solo en una situación de emergencia (como una sepsis o una infección grave del tracto urinario, oral, del oído o de la piel) el veterinario debería prescribir un antibiótico antes de que se pueda realizar el cultivo y la prueba de sensibilidad. Cuando llegan los resultados de la prueba, podrá cambiar los medicamentos en caso de ser necesario.

Ten la seguridad de que el tiempo adicional que toma identificar el tipo de bacteria presente y el medicamento que se requiere permitirá obtener un tratamiento preciso para la infección de la mascota en lugar de un enfoque de prueba y error.

Asegúrate de administrarle los antibióticos a tu mascota tal y como le fueron recetados

Esperar una prueba de cultivo y sensibilidad asegurará que tu perro o gato se cure de forma más rápida y completa. Además, es importante administrar la dosis adecuada del antibiótico en los intervalos adecuados y agotar toda la receta, incluso si tu mascota parece haberse recuperado por completo antes de terminar el medicamento.

Esto garantizará que la infección se resuelva por completo y evitará que tu mascota tenga que someterse a otro tratamiento de antibióticos porque el primero no se administró por completo y la infección no se eliminó de forma eficaz.

Veo esto bastante a menudo con infecciones cutáneas que no representan una amenaza para la vida (como los puntos calientes e infecciones por estafilococos). La piel comienza a mejorar después de unos cuantos días a una semana, y los clientes suspenden el antibiótico antes de que esa infección profunda sea tratada por completo. Esto no solo aumenta el riesgo de desarrollar resistencia a los antibióticos, sino que también deja a la mascota sin recibir un tratamiento a cabalidad.

La recurrencia de la infección es casi inevitable en estas situaciones, ya que la mayoría de las infecciones bacterianas de la piel tardan entre cuatro y seis semanas en resolverse con antibióticos.

De igual manera, debes asegurarte de volver a equilibrar el microbioma intestinal de tu mascota

Es importante comprender que el significado literal de la palabra antibiótico es "antivida", ya que eliminan todas las bacterias de manera indiscriminada; es decir, acaban tanto con las buenas como con las malas. Si tu perro o gato ha recibido tratamiento con antibióticos, también se han destruido los billones de bacterias sanas de su tracto digestivo, lo que puede sentar las bases para otros problemas de salud, como trastornos digestivos, diarrea intermitente, mala absorción de los alimentos y disbiosis (síndrome del intestino permeable).

Es importante volver a introducir microorganismos beneficiosos (probióticos) en el sistema gastrointestinal de tu mascota durante y después del tratamiento con antibióticos para restablecer un equilibrio saludable de las bacterias intestinales. Esto también ayudará a que el animal mantenga un sistema inmunológico fuerte y un funcionamiento óptimo del sistema digestivo.

Alternativas a los antibióticos

La decisión de usar antibióticos nunca debe tomarse a la ligera ni ser vista como algo sin importancia. No deben prescribirse a menos que sea absolutamente necesario. Aparte de la capacidad de las bacterias para mutar y desarrollar resistencia a los antibióticos, estos medicamentos también tienen efectos secundarios, como diarrea, decoloración dental, supresión de la médula ósea e incluso sordera permanente.

Muchos padecimientos para los cuales se suelen prescribir antibióticos de forma indiscriminada, responden muy bien a una combinación de terapias naturales, que incluyen hierbas, remedios homeopáticos, nutracéuticos, estimulantes del sistema inmunológico e intervenciones nutricionales específicas.

Los veterinarios que practican la medicina funcional, un grupo que por fortuna es cada vez más grande, se han dado cuenta de esto y podrían trabajar junto con los dueños de mascotas para ofrecer alternativas a los antibióticos.

Un estudio de 2016 demostró que el extracto de arándano rojo puede ser tan o más eficaz para prevenir las infecciones caninas del tracto urinario (ITU) relacionadas con la bacteria E. coli en comparación con el tratamiento con antibióticos a corto plazo.1 Además, el extracto de arándano puede ayudar a combatir las bacterias resistentes a múltiples medicamentos en perros con infecciones recurrentes del tracto urinario por E. coli.

En un estudio que se llevó a cabo con perros de refugios, los investigadores compararon el uso de probióticos con el de antibióticos para tratar la diarrea aguda provocada por el estrés.2 Concluyeron que la terapia con probióticos era tan efectiva como la terapia con antibióticos. Además, los perros que no respondían a los antibióticos parecían obtener beneficios significativos de llevar un tratamiento probiótico posterior. Se encontraron resultados similares con perros de trabajo y suplementos de fibra soluble para la diarrea crónica.3

Utilizo regularmente orégano diluido y otros aceites esenciales, propóleo, hoja de olivo, plata coloidal y miel de Manuka para ayudar a reducir las infecciones bacterianas de la piel causadas por Staphylococcus aureus resistente a la meticilina (SARM), y obtengo muy buenos resultados, así como con champús antibacterianos tópicos (que en muchos casos me parecen más eficaces que la terapia antibiótica sistémica oral, solo que es un poco más laborioso).

Si tu mascota no se enfrenta a una situación de salud que ponga en peligro su vida, habla con tu veterinario sobre las alternativas a los antibióticos. En estas situaciones, los dueños de mascotas suelen encontrar beneficioso consultar a un médico funcional o integrador, ya que nuestro objetivo es tratar estos problemas comenzando con las opciones menos tóxicas.