📝    HISTORIA EN BREVE

  • A principios de este año, la FDA otorgó una autorización condicional para la comercialización del bromuro de potasio como tratamiento del trastorno convulsivo canino, el cual se empezó a utilizar desde hace varias décadas
  • Se trata del medicamento KBroVet-CA1, fabricado por Pegasus Laboratories, que cuenta con un máximo de cinco años para recopilar datos que respalden su eficacia bajo la autorización condicional que se le otorgó
  • En el caso de muchos perros, no se logran controlar las convulsiones de manera óptima con el bromuro de potasio y fenobarbital, los cuales pueden traer consigo diversos efectos secundarios, y es importante tener presente que, aunque la FDA haya autorizado el primero para su comercialización condicional, eso no cambia esta realidad
  • Por fortuna, es posible hacer algunos ajustes nutricionales y recurrir a tratamientos complementarios que pueden ser de gran ayuda para los perros que padecen trastornos convulsivos, tales como una dieta cetogénica y el CBD, que también pueden tener muy buenos resultados al tratar la epilepsia en perros

🩺 Por la Dra. Karen Shaw Becker

De acuerdo con el Journal of the American Veterinary Medical Association (JAVMA), un medicamento para controlar la epilepsia en perros que se ha utilizado durante varias décadas, obtuvo su primera autorización de la FDA a principios de este año.

La epilepsia se manifiesta por medio de convulsiones. Una convulsión es un evento en el que el cerebro sufre una actividad eléctrica que es anormal, inesperada y no se presenta debido a un estímulo. Hay dos tipos de impulsos eléctricos en el cerebro: excitatorios e inhibitorios. En un animal normal, hay una proporción constante y adecuada de ambos impulsos.

Sin embargo, en una mascota que sufre convulsiones, los impulsos excitatorios superan a los inhibitorios de manera temporal. Tanto la región del cerebro como la cantidad de impulsos excitatorios que se generen determinarán si tu mascota sufre un ataque leve o una convulsión seria.

El punto en el que los impulsos excitatorios superan a los inhibitorios se denomina umbral convulsivo. En una mascota saludable, el umbral convulsivo es alto, lo que significa que tiene pocas posibilidades de sufrir una convulsión. Existen diversos factores que influyen en el umbral convulsivo de un perro, entre los cuales se encuentra la genética, algún traumatismo craneal, infecciones y la exposición a toxinas. Asimismo, hay diferentes tipos de convulsiones:

  • Un petit mal (convulsión de ausencia) es el tipo más leve y puede ser tan insignificante como un movimiento ocular anormal.
  • En el otro extremo, se encuentra el grand mal (convulsión tonicoclónica), que afecta ambos hemisferios del cerebro y del cuerpo.
  • Cuando la convulsión grand mal no se resuelve, se trata de un estado epiléptico. Esta es una emergencia médica en la que el animal deja de respirar y puede morir. Si tu mascota está experimentando una convulsión grand mal y no se recupera pronto, es fundamental que la lleves a un hospital veterinario de inmediato para evitar que pierda la vida.
  • Los perros y gatos pequeños suelen sufrir convulsiones motoras focales que involucran solo una parte del cuerpo. Puede ser complicado identificar este tipo de convulsiones, ya que se suelen confundir con una simple contracción, temblor o calambre.
  • Las convulsiones en serie son eventos que se presentan varias veces en el mismo día. Muchas convulsiones en serie son situaciones que requieren de atención médica urgente. Si tu mascota ha sufrido más de un ataque en un día, te recomiendo hacer una cita con tu veterinario. Este tipo de convulsiones puede aumentar la continuidad o la intensidad de las mismas de manera progresiva.

En general, cuanto más joven sea la mascota afectada, más grave será el trastorno convulsivo. Es de vital importancia tener presente que la epilepsia se describe como convulsiones de origen desconocido o "no provocadas". Entonces ¿qué sucede con las convulsiones que sí se provocan (por ejemplo, a causa de sustancias del entorno)?

Es común que se diagnostique epilepsia sin antes descartar (o tan solo identificar) los desencadenantes que suelen causan convulsiones, por ejemplo, cuando se trata de trastornos convulsivos que se presentaron debido a sustancias neurotóxicas, sobre todo, por plaguicidas de isoxazolinas.

El verano pasado me remitieron tres casos de "epilepsia idiopática", y los animales tuvieron la primera convulsión justo después de administrarles medicamentos antipulgas y antigarrapatas que contienen estas neurotoxinas tan populares. Aun así, los veterinarios habituales de los pacientes pasaron por alto estos productos químicos cuando les diagnosticaron trastornos convulsivos, lo cual resalta que es necesario contar con un historial médico completo antes de determinar si tienen epilepsia.

La FDA otorga autorización condicional para la comercialización del bromuro de potasio

Se trata del medicamento KBroVet-CA1, el cual es una tableta masticable de bromuro de potasio para tratar la epilepsia canina idiopática (cuando la causa se desconozca). En febrero de 2021, se dio a conocer lo siguiente en un comunicado de prensa del JAVMA:

“La autorización de comercialización condicional permite que una empresa venda un medicamento mientras recopila datos que respalden su eficacia, siempre y cuando haya presentado evidencias de que el medicamento es seguro antes de esto. La empresa cuenta con cinco años, como máximo, para recopilar los datos que hagan falta para recibir la aprobación, pero es necesario que muestre un progreso de forma anual".

El bromuro de potasio se ha utilizado como sedante y anticonvulsivo durante varias décadas, por lo que, en lugar de realizar sus propias pruebas en perros, el fabricante de KBroVet-CA1, Pegasus Laboratories Inc., recurrió a una revisión de la literatura científica de la FDA, de 2012, la cual incluía 111 fuentes que se publicaron entre 1938 y 2011 y mostraban información que respaldaba que es seguro usar bromuro de potasio en perros. (Bajo este enfoque, el fabricante no necesita realizar pruebas en animales).

El bromuro de potasio es una sal de acción lenta y tiene una vida media prolongada. Es posible que las convulsiones empiecen a controlarse después de dos meses de tomar el medicamento y que se logre un control constante hasta después de tres meses. Ya que el medicamento es una sal, existe el riesgo de que los órganos sufran daños, por lo que los dueños deben monitorear la alimentación de sus perros y evitar que consuman una mayor cantidad de sal al comer o beber de forma indiscriminada (como tomar agua salada).

Cuando las personas llevan un control de esos factores, es posible evitar que sus mascotas corran el riesgo de sufrir algún daño orgánico, según la Dra. Sheila Carrera-Justiz, neuróloga veterinaria y neurocirujana del Departamento de Ciencias Clínicas de Pequeños Animales que forma parte de la Facultad de Medicina Veterinaria de la Universidad de Florida. El bromuro de potasio es una buena opción para perros que padezcan alguna enfermedad hepática, no obstante, no se recomienda en aquellos que sufran de insuficiencia renal o pancreatitis.

A pesar de que no es muy común, es fundamental estar alerta para identificar algún signo de intoxicación por bromuro, entre los que se encuentran: tropiezos, letargo, debilidad de las extremidades traseras, cambios de conducta, pupilas dilatadas, pérdida del conocimiento y estado de coma. En ocasiones, el bromuro de potasio por sí solo no controla las convulsiones de manera efectiva, por lo que se suele administrar junto con otros medicamentos anticonvulsivos, tales como el fenobarbital o levetiracetam (Keppra™, que prefiero debido a que ocasiona menos efectos secundarios que el primero).

Es necesario darse a la tarea de encontrar un protocolo de control efectivo cuando se determine que el trastorno convulsivo no se puede controlar clínicamente, esto es, cuando tu mascota tiene más de una convulsión al mes, o varias a la vez, o si sospechas que existe un problema subyacente que las provoque (es decir, neurotoxicidad). Por fortuna, los veterinarios especializados en medicina funcional pueden ofrecer diversas alternativas.

Tratamientos complementarios para los trastornos convulsivos

Por desgracia, los trastornos convulsivos son comunes en los perros y muchos de ellos no logran tratarse con ayuda de los medicamentos convencionales para la epilepsia, como el fenobarbital y el bromuro de potasio, además, se podría decir que todos estos medicamentos producen efectos secundarios y tienen repercusiones a largo plazo que deben tratarse de manera simultánea. Esto no deja de ser una realidad solo porque la FDA otorgó una autorización condicional para la comercialización del bromuro de potasio.

La buena noticia es que existe una gran variedad de tratamientos naturales que pueden ayudar a aumentar el umbral convulsivo de los perros. Además de vigilar la nutrición de tu mascota y administrarle los medicamentos convencionales para que tenga un menor riesgo de sufrir convulsiones, puedes recurrir a uno o varios de los siguientes métodos:

  • Quiropráctica y acupuntura
  • Medicinas chinas tradicionales (MTC), accede a este enlace para encontrar un veterinario que tenga formación en MTC
  • Fórmulas herbales (incluyendo extractos de cannabis)

En un exitoso estudio piloto que se publicó hace poco en el Journal of the American Veterinary Medical Association, el 89 % de los perros con epilepsia tuvo una menor frecuencia de convulsiones gracias a un producto de CBD (cannabidiol) derivado de una planta de cáñamo. (El CBD a base de cáñamo contiene 0.3 % o menos del componente psicoactivo del cannabis, THC).

En el estudio participaron 16 perros que recibieron el tratamiento (aceite con CBD) o un placebo durante 12 semanas. Todos los perros permanecieron con medicamentos anticonvulsivos durante todo el estudio.

Los investigadores encontraron que el 89 % de los perros que recibieron CBD experimentaron una disminución significativa en la frecuencia de las convulsiones (variación del 33 %). También notaron una relación importante entre el grado de reducción de las convulsiones y la cantidad de concentración de CBD en la sangre de los perros.

En los casos leves, los tratamientos naturales y un cambio en la alimentación, es todo lo que se necesita para controlar este problema con éxito. Para los animales con convulsiones de tipo grand mal, suelo crear un protocolo a base de terapias naturales y farmacoterapia.

Siempre les pido a los dueños que lleven un registro de la fecha, hora e intensidad de las convulsiones. A menudo existe una relación entre las convulsiones y un momento particular del mes o año. Si identificamos un ciclo, es posible desarrollar un plan para controlar los episodios al recurrir a los tratamientos más seguros.

Lo ideal es que los animales que padecen convulsiones se sometan a análisis del título de anticuerpos en lugar de recibir vacunas, además de evitar los plaguicidas químicos.

Tratamiento de los trastornos convulsivos a través de la alimentación

Es de vital importancia tomar en cuenta la posibilidad de que los problemas de salud relacionados con la nutrición provoquen o empeoren la situación. Las alergias alimentarias son un inconveniente, pues es probable que provoquen una respuesta inflamatoria sistémica, la cual tiene el potencial de reducir el umbral de convulsiones de tu perro.

Otro problema es que la mayoría de los alimentos procesados para mascotas que se pueden adquirir en el mercado contienen sustancias químicas sintéticas, colorantes artificiales, conservadores, emulsionantes y otros ingredientes que también pueden causar inflamación sistémica y reducir los umbrales convulsivos. En algunos casos, los alimentos para mascotas contienen contaminantes que suelen desencadenar convulsiones en cantidades que rebasan los límites legales para el consumo humano.

Llevar una dieta cetogénica de manera apropiada permite alcanzar el estado metabólico de cetosis nutricional; gracias a este, es posible controlar la epilepsia en los animales de compañía y, de hecho, es el estándar de atención para los niños que padecen este trastorno.

Por suerte, la comunidad veterinaria también está reconociendo los beneficios neurometabólicos de reducir el almidón alimenticio (azúcar) y aumentar las grasas que favorecen al cerebro (en concreto, los triglicéridos de cadena media, MCT), que se utilizan cada vez más en los protocolos de nutrición veterinaria (y en las "dietas de prescripción") para disminuir el potencial de convulsiones.

Esta forma de alimentación concuerda con la biología evolutiva de tu perro y, además, es probable que produzca una mejoría al tratarse de otros síntomas, como una menor incidencia en enfermedades inflamatorias. Al disminuir el consumo de carbohidratos, el nivel de insulina del cuerpo se restablece a un nivel mucho más bajo y saludable, lo que reduce el estrés metabólico en cada célula del cuerpo.

En 2017, hice un documental con Rodney Habib sobre los beneficios de una dieta cetogénica como medio para controlar el cáncer, pero esta dieta también se ha utilizado para controlar la epilepsia en muchos perros. Puedes conocer la historia sobre Sasha, una pequeña perrita con convulsiones que comenzó su dieta cetogénica en el 2014.

Si bien las convulsiones suelen ser una afección muy grave y alarmante, la mejor manera de cuidar a tu perro es informarte para saber qué esperar y cómo reaccionar cuando estas se presenten, así como recurrir a un veterinario integral para diseñar un protocolo proactivo de prevención.