📝 HISTORIA EN BREVE
- El sistema inmunológico de tu mascota está diseñado para proteger su cuerpo de patógenos extraños
- Un sistema inmunológico sano y funcional está equilibrado, lo que significa que no es ni hipoactivo ni hiperactivo
- Enfermedades que alteran el sistema inmunológico, estrés crónico, medicamentos y vacunas
- Para ayudar a equilibrar el sistema inmunológico de tu perro o gato, concéntrate en la alimentación, el ejercicio, el masaje terapéutico y la desintoxicación
El sistema inmunológico de tu mascota recibe el nombre alternativo de "gran protector", y por una buena razón. La palabra inmune se deriva del latín “immunis”, que significa “libre” o “exento”. Tu mascota está libre o exenta de enfermedades específicas como resultado de la inoculación (vacunación) o de una resistencia innata o adquirida que resulta de haberse expuesto a un patógeno causante de enfermedades.
¿Qué es en realidad el sistema inmunológico?
El sistema inmunológico se compone de una red difusa y compleja de células que interactúan, productos celulares y tejidos formadores de células que protegen al cuerpo de los patógenos y otras sustancias extrañas, destruyen las células infectadas y malignas y eliminan los restos celulares.
Los componentes del sistema inmunológico de tu mascota incluyen el timo, el bazo, los ganglios linfáticos y el tejido linfático, las células madre, los glóbulos blancos, los anticuerpos y las linfoquinas. Las linfoquinas son un subconjunto de citocinas producidas por un tipo de célula inmunológica llamada linfocito.
La importancia de un sistema inmunológico equilibrado
La función del sistema inmunológico es responder de forma adecuada a los agentes infecciosos del mundo exterior. Una respuesta adecuada es cuando el sistema inmunológico prepara una defensa contra una amenaza externa sin destruir el cuerpo. Esto requiere que el sistema inmunológico conozca la diferencia entre “sí mismo” (el cuerpo de tu mascota) y el invasor extraño.
Cada célula y sistema de órganos del cuerpo de tu mascota tiene sus propios mecanismos de inmunidad y cada uno tiene también algún tipo de regulador interno interdependiente. Las investigaciones demuestran que las emociones de un animal tienen un efecto muy importante en la inmunidad, tanto positivo como negativo. Algunos factores ambientales, incluidos ruidos, olores, patrones de luz y contaminantes, también pueden afectar al sistema inmunológico de manera drástica.
La medicina occidental considera el sistema inmunológico como piezas individuales y separadas del todo, pero desde un punto de vista integrador u holístico, el aspecto más importante del sistema inmunológico en su conjunto es que cada componente individual de la inmunidad está interconectado y que todas las partes del sistema están en comunicación constante con todas las demás. Esta es la comunicación interna en la que nos centramos cuando adoptamos un enfoque holístico del bienestar de una mascota.
Mientras que la medicina occidental se centra en un solo componente de una enfermedad, el objetivo de un enfoque holístico es integrar todos los componentes del sistema inmunológico para devolverles el equilibrio.
El equilibrio es lo que debemos buscar. Un desequilibrio del sistema inmunológico en cualquier dirección (es decir, si está hipoactivo o hiperactivo) causa una enfermedad en el cuerpo después de un tiempo.
Enemigos del sistema inmunológico de tu mascota
Hay muchas formas de alterar o suprimir la función inmunológica normal. Muchas enfermedades, sobre todo aquellas que surgen a causa de un virus, pueden atacar a las células del sistema inmunológico. También pueden ser más sutiles en su ataque, ya que invaden poco a poco uno o más componentes del sistema inmunológico, y disminuyen su eficacia general.
El estrés crónico y a largo plazo, con el tiempo, abruma la capacidad del sistema inmunológico para responder, lo que hace que los animales (incluyendo a los humanos) sean más susceptibles a las enfermedades. Resulta interesante que el estrés moderado a corto plazo haya demostrado mejorar la respuesta inmunológica. Los episodios breves de estrés que ejercitan los “músculos” inmunológicos para fortalecerlos pueden preparar el cuerpo de un animal para responder de forma apropiada a desafíos como infecciones o lesiones.
Los antibióticos pueden ayudar al sistema inmunológico cuando eliminan las bacterias patógenas. La desventaja es que también destruyen muchos de los mecanismos de protección cuando matan las bacterias amigables que viven en el intestino, en la piel y en otras partes del cuerpo.
Los corticosteroides como la prednisona se utilizan a menudo para suprimir una respuesta hiperactiva del sistema inmunológico, pero el uso excesivo o prolongado de estos medicamentos puede impedir las funciones del sistema inmunológico.
Las vacunas estimulan el sistema inmunológico para que esté preparado para atacar en algún momento posterior una enfermedad específica. Pero las vacunas también pueden sobreestimularlo hasta el punto de provocar anafilaxia, que es una reacción adversa que podría ser mortal.
Más a menudo, las vacunaciones recurrentes superan el umbral inmunológico de algunos animales, lo que provoca enfermedades autoinmunes (también llamadas enfermedades inmunomediadas), en las que el sistema inmunológico del animal se confunde y se ataca a sí mismo, lo cual desencadena uno o varios procesos patológicos.
Trastornos del sistema inmunológico
La mayoría de los veterinarios integrales creen que la mayoría de las enfermedades tienen una relación directa con algún tipo de desequilibrio del sistema inmunológico. La anafilaxia, denominada reacción de tipo I, describe cualquier respuesta inmunológica hiperactiva aguda y sistémica a desencadenantes como la picadura de un insecto, una vacuna, los medicamentos, los alimentos o, con menor frecuencia, los productos sanguíneos durante una transfusión.
Otras enfermedades inmunomediadas, llamadas reacciones de tipo II, implican la producción de anticuerpos contra las células del propio cuerpo del animal. En otras palabras, el sistema inmunológico no se reconoce a sí mismo. Puede ser difícil saber qué desencadena una respuesta autoinmune, pero a menudo está relacionada con ciertos medicamentos o vacunas, así como con toxinas ambientales.
Dos de las enfermedades autoinmunes de tipo II más comunes son la anemia hemolítica autoinmune (AIHA) y trombocitopenia autoinmune. La miastenia grave es otra enfermedad inmunomediada en la que el cuerpo ataca a sus propias células musculares.
Las reacciones autoinmunes de tipo III se producen cuando el cuerpo de un animal produce anticuerpos que interfieren en el funcionamiento normal de distintas zonas del cuerpo. Algunos ejemplos incluyen la artritis reumatoide canina, el lupus eritematoso sistémico (LES) y una enfermedad renal llamada glomerulonefritis.
Las reacciones de tipo IV involucran componentes mediados por células del sistema inmunológico e incluyen sensibilidad de contacto, enfermedad tiroidea autoinmune y queratoconjuntivitis seca (ojo seco). Todos estos son ejemplos de respuestas de un sistema inmunológico hiperactivo.
En el otro extremo del espectro se encuentra la respuesta hipoactiva (poco activa) del sistema inmunológico, que puede estar causada por una infección viral, un trastorno genético como la deficiencia de IgA, una nutrición deficiente y un entorno estresante o tóxico.
Consejos para ayudar a mejorar la salud inmunológica de tu mascota
Un sistema inmunológico sano está equilibrado y hay diversas cosas que puedes hacer para mantener la salud inmunológica de tu mascota.
- El ejercicio tiene beneficios directos. Cuando tu perro o tu gato trabaja sus músculos, limpia su cuerpo de las toxinas y mantiene un buen funcionamiento del sistema linfático.
- Los masajes aumentan el número de linfocitos y mejoran su función. También pueden relajar a tu mascota, lo que es bueno para su salud emocional y, por ende, para su salud inmunológica.
- De igual manera, es muy importante procurar que mantenga un peso corporal ideal. Una dieta a base de alimentos frescos, específica para su especia y equilibrada en términos nutricionales será de gran ayuda para controlar las respuestas inflamatorias, lo que a su vez mejorará la función inmunológica de tu mascota. Cuanto más antioxidantes puedas ofrecerle a tu mascota a través de alimentos enteros, mejor. Si le das alimentos procesados como croquetas o comida enlatada, esto es imposible.
Los animales tienen requerimientos muy altos de antioxidantes y la realidad es que solo existen dos opciones para satisfacer esos requerimientos. Puedes darle un suplemento sintético de vitaminas y minerales (como lo hacen los fabricantes de alimentos procesados para mascotas) o puedes brindarle la nutrición que requiere a través de alimentos enteros.
Para estar óptimamente sanos, los animales necesitan muchos alimentos vivos, frescos y no procesados para satisfacer sus necesidades de antioxidantes, que incluyen la vitamina A, todas las vitaminas B, las vitaminas C y E, el zinc, el selenio y la vitamina D. Las carnes y órganos frescos, las hierbas y los vegetales orgánicos sin modificaciones genéticas (MG) son excelentes fuentes naturales de las vitaminas y antioxidantes que tu mascota necesita para tener un sistema inmunológico equilibrado y sano.
- Reducir la cantidad de sustancias químicas presentes en el interior de tu mascota y en su entorno también es importante para que mantenga un sistema inmunológico funcional. Considero que las toxinas del entorno inmediato de un animal juegan un rol muy importante en el mal funcionamiento del sistema inmunológico.
Es fundamental darle agua sin flúor y sin cloro, y procurar que no haya toxinas en el aire. También es importante reducir las vacunas y los pesticidas tópicos que se encuentran en los preventivos contra pulgas y garrapatas.
Evitar todas las fuentes de toxinas ambientales es casi imposible, por lo que es necesario elaborar un protocolo de desintoxicación para tu perro o gato.
Los veterinarios integrales y holísticos reconocen desde hace mucho tiempo la importancia de un sistema inmunológico equilibrado. Disponen de herramientas para ayudar a restablecer el equilibrio de un sistema inmunológico hipoactivo o hiperactivo, por lo que se recomienda acudir con un veterinario que dé prioridad a la salud del sistema inmunológico de tu mascota.