📝    HISTORIA EN BREVE

  • Científicos veterinarios de la Universidad de Cambridge han descubierto un factor importante que contribuye al sobrepeso y la obesidad en muchos perros de raza labrador retriever.
  • La culpable es una mutación genética que impide la producción de otras dos hormonas importantes para determinar el hambre y moderar el uso de energía.
  • La mutación la portan cerca del 25 % de los labradores, esta los hace sentir más hambre entre comidas y son menos capaces de quemar calorías.
  • La suplementación con probióticos puede ser ideal para estos labradores: en un estudio reciente realizado por investigadores en Corea se sugiere que dos cepas particulares de probióticos tuvieron éxito en reducir el porcentaje de grasa corporal en perros.

Si eres un amante de los perros es posible que hayas notado que muchos labradores retriever tienen sobrepeso o son obesos. Son tantos que parece estar relacionado con la raza, y, de hecho, ahora sabemos que si es cierto gracias a la investigación de científicos veterinarios de la Universidad de Cambridge en el Reino Unido.

Los investigadores encontraron evidencia de que una mutación común en esta raza popular hace que no sólo tengan más hambre que el perro promedio, sino que, también reduzcan su tasa metabólica.  Sin mencionar que: hambre insaciable+metabolismo lento=es propenso a ser obeso. Los autores del estudio publicaron sus resultados en marzo de 2024 en la revista Science Advances.

Una mutación genética podría ser la culpable

Los labradores están llenos de energía y de la capacidad de aprender, además, hacen un gran trabajo como perros de servicio.  Y aunque viven por mucho tiempo, es decir, cerca de 13 años, también poseen un apetito voraz, que cuando lo sacian desencadena obesidad.

Eleanor Raffan quien es científica de la Universidad de Cambridge y coautora del estudio, ha investigado la genética de la obesidad y las enfermedades metabólicas en perros, en específico, en el labrador, así como en un pariente cercano, el perro perdiguero de pelo plano.  En 2016, Raffan y sus colegas publicaron un estudio donde mostraban una clara relación entre la obesidad en estas razas y una mutación en un gen responsable de la proteína pro-opiomelanocortina o POMC. Dicha alteración parece eliminar parte del gen POMC en los perros afectados. 

Los investigadores encontraron que el 25 % de los labradores y el 66 % de los perros perdigueros de pelo plano tienen esta mutación.  De acuerdo con su último estudio, el equipo descubrió el vínculo entre las mutaciones de POMC y los perros retrievers obesos.

Los perros con POMC que se esfuerzan más para obtener golosinas queman un 25 % menos de calorías

Para el presente estudio, los investigadores realizaron experimentos en 87 laboratorios de mascotas adultas que variaban en tamaño, desde un peso saludable hasta un poco de sobrepeso. Algunos de los perros portaban la mutación POMC.

Como se ve en el video anterior, en uno de los experimentos, los perros comieron su desayuno de siempre, y luego exactamente tres horas después, los llevaron a una caja de plástico transparente que contenía una deliciosa salchicha.  La caja tenía agujeros para que pudieran ver y oler la golosina en su interior.  Los perros con la mutación genética se esforzaron más que los perros sin ella para obtener la salchicha que era difícil de acceder.

Llama la atención que, en otro experimento en el que a los labradores se les alimentó con latas de comida cada 20 minutos y sin restricción hasta que estuvieran satisfechos, no hubo una diferencia eminente en la cantidad que comió cada grupo de perros hasta parar.  Lo que significa que los perros con la mutación genética tienen más hambre entre comidas, pero no necesitan comer más que otros perros para sentirse llenos a la hora de comer.

Esto es lo que Raffan dijo para HealthDay:

"Descubrimos que una mutación en el gen POMC hace que los perros tengan más hambre. Los perros con el gen acostumbran a comer en exceso porque les da hambre más rápido entre comidas, en comparación con los perros sin la mutación".

En un tercer experimento que midió el metabolismo corporal, los labradores dormían en una cámara especial que capturaba los gases que exhalaban. Los resultados demostraron que los perros POMC tenían una tasa metabólica en reposo más baja que los otros labradores, ya que quemaron cerca de un 25 % menos de calorías.

De acuerdo con Raffan, la mutación genética crea un "impacto doble" en los perros con el gen, ya que no solo quieren comer más, sino que también queman menos calorías, lo que los hace más propensos a tener sobrepeso u obesidad.

En un correo electrónico Raffan le dijo a Gizmodo:

"En realidad, esto significa que los dueños de perros con la mutación necesitan trabajar muy duro para mantenerlos delgados. Lo que es posible, pero requiere que los dueños presten atención en su alimentación y que les cierren las posibilidades para que los perros roben o busquen comida extra".

Cómo la mutación genética afecta la producción de otras hormonas

Desde una perspectiva biológica, parece que la pérdida del gen POMC impide la producción de otras dos hormonas en el cerebro de los perros con el gen: la hormona estimulante de los melanocitos beta (β-MSH) y la beta-endorfina.  Dichas hormonas son importantes para determinar el hambre y moderar el uso de energía.

Los seres humanos producen las mismas hormonas y, en apariencia, se conocen como trastornos genéticos relacionados con una mutación POMC disfuncional que aumenta el riesgo de obesidad de una persona. 

Raffan dijo: "Las personas a menudo son groseras con los dueños de perros gordos, los culpan por no alimentarlos de manera apropiada y porque no hacen ejercicio.  Sin embargo, demostramos que los labradores con esta mutación genética buscan comida todo el tiempo para aumentar su energía. A pesar de que es muy arduo mantener a los perros en su peso, si se puede".

Los probióticos podrían ayudar a los perros con sobrepeso

En un estudio publicado a principios de este año por investigadores de la Universidad Nacional de Seúl en Corea se identificaron dos cepas de probióticos que contribuyen a la pérdida de peso en perros obesos.  El propósito del estudio fue investigar enfermedades metabólicas en animales de compañía, para identificar probióticos que pueden ser prometedores como un tratamiento seguro a largo plazo.

De acuerdo con el investigador a cargo del estudio, Younghoo Kim Ph. D., del Departamento de Biotecnología Agricola del College of Agriculture and Life Science (CALS) quien declaró en un comunicado de prensa de la American Society for Microbiology (ASM): "El reto al inicio consistió en seleccionar enfermedades metabólicas específicas para su análisis, lo que nos llevó a centrarnos en el problema predominante de la 'obesidad en mascotas’".

De conformidad con el comunicado de prensa: "uno de los objetivos principales de Kim es crear conciencia sobre la necesidad apremiante de realizar más investigaciones sobre probióticos adaptados para mascotas, para enfatizar la amplia gama de tipos de probióticos que tienen posibles aplicaciones". Kim cree que los probióticos tienen muchas posibilidades terapéuticas para tratar un amplio espectro de enfermedades entre los animales de compañía. 

Seleccionar cepas probióticas activaría el metabolismo energético

El equipo de Kim analizó las variaciones en el microbiota intestinal de perros jóvenes frente a perros viejos, lo que reveló una disminución en la población de bacterias del ácido láctico, en específico especies de Bifidobacterium y de Enterococcus, en los perros mayores. Con base en sus hallazgos, los investigadores decidieron investigar estas dos cepas.

En la fase experimental se alimentó a un grupo de Beagles obesos con Enterococcus faecium IDCC 2102 y Bifidobacterium lactis IDCC 4301 y con una alimentación alta en grasas, como resultado se obtuvo que los perros tuvieron una reducción de la grasa corporal y una mejora de los desequilibrios en su microbiota intestinal provocados por la obesidad.

A tenor de Kim, las cepas probióticas que seleccionaron "demostraron un éxito sobresaliente al reducir la grasa corporal de los perros". 

Lo que distingue a estas cepas es su capacidad no solo para limitar la ingesta alimenticia o mejorar la excreción para reducir el peso corporal, sino activar el metabolismo energético. 

Explicó Kim que: "Incluso cuando se les dio a una alimentación alta en calorías, observamos una disminución en el peso corporal, un alivio de la acumulación de grasa subcutánea y un aumento en el gasto de energía.  Lo cual confirmó un cambio en la orientación metabólica del cuerpo hacia el consumo de grasa, en lugar de la acumulación de grasa".

Por lo general la grasa corporal provoca inflamación sistémica y daña el metabolismo hormonal.  El estudio de Kim reveló que los perros alimentados con las cepas probióticas seleccionadas redujeron los niveles de inflamación y mejoraron las actividades metabólicas, como la producción de insulina.  Además, "los investigadores pudieron incrementar la proporción de bacterias comensales, que viven en el cuerpo, lo que funciona como una defensa contra las bacterias dañinas, además de aumentar la inmunidad".