📝    HISTORIA EN BREVE

  • No todos los perros son nadadores por naturaleza. Factores como la estructura del cuerpo y la forma del hocico influyen en la capacidad de nadar de tu perro. Algunas razas nadan muy bien, mientras que otras tienen dificultades y podrían necesitar chalecos salvavidas
  • Los productos químicos para albercas, en especial el cloro, podrían ser peligrosos para las mascotas; un estudio de 2024 encontró que exponerse a los subproductos del proceso de cloración podría aumentar el riesgo de cáncer en perros. Lo ideal es buscar otros métodos para limpiar la alberca o disminuir el uso de productos químicos
  • Estar siempre alerta es vital para que las mascotas estén seguras en la alberca. Enséñale a tu perro cómo salir de la alberca, pon atención a señales de fatiga y mantén las sesiones de natación breves para evitar cualquier irritación
  • Después de nadar, es fundamental revisar y limpiar los oídos para prevenir infecciones. Seca muy bien las orejas, en especial en las razas de orejas caídas. Revisalo en busca de signos de inflamación o irritación
  • La seguridad básica en la alberca incluye asegurarse de que las mascotas sepan cómo salir, poner atención al consumo de agua y a las señales de agotamiento y limitar el tiempo que pasa en el agua con cloro para evitar la irritación de la piel y ojos

Tener alberca puede ser un placer para las mascotas, en especial durante los días calurosos. No sólo es una manera de hacer ejercicio y liberar la energía acumulada de tu mascota, sino que también es una forma agradable de refrescarse cuando hace mucho calor. Sin embargo, hay varios consejos de seguridad que debes tener en cuenta antes de que tu mascota entre a la alberca.

No todos los perros son nadadores por naturaleza

Muchas personas creen que los perros nacen con la capacidad natural de nadar. Si bien, es posible que comiencen a mover las patas para intentar nadar en cuanto entran al agua, no todos los perros pueden flotar de manera segura.

La capacidad de un perro de nadar depende de su raza y estructura corporal. Algunos perros, como el Labrador, Golden Retriever, Setter, Caniche y Spaniel, tienen patas traseras fuertes que les permiten nadar de forma eficiente. Son nadadores naturales y les encanta jugar en el agua.

Las razas más pequeñas como los Malteses y Chihuahuas pueden nadar, pero tal vez no tengan la fuerza o resistencia suficiente para hacerlo por períodos largos. Una de las razones es que la inmensidad del agua podría hacer que se sientan agobiados y entren en pánico. Eso provocará que se cansen muy rápido y harán cualquier cosa para salir del agua, incluso trepar sobre ti. 1

Por último, hay perros que no saben nadar. Estas son las razas que tienen patas traseras cortas, pecho grande y cuadrado y hocico corto. Los Bóxers, Pugs, Basset Hounds y Bulldogs son algunas de estas razas. Los perros de razas braquicéfalas tampoco son buenos nadadores. De acuerdo con un artículo de Psychology Today:2

“Los rasgos anatómicos de los perros que no pueden nadar incluyen hocicos planos y cortos (los perros braquicéfalos), cabezas grandes y pesadas y patas cortas y gordas. Los perros de cara plana y ancha (como el Pug o el Bulldog), tienen que colocar su cuerpo en posición vertical para mantener su nariz y boca fuera del agua.
Por desgracia, cuando un perro se pone en esa posición es mucho más difícil que pueda flotar. Los perros con cabezas demasiado grandes tienen un problema similar, ya que deben adoptar posiciones incómodas y esforzarse mucho para mantener la cabeza fuera del agua”.

Por consiguiente, si tu perro es de alguna de estas razas, es muy importante estar atento y vigilarlo de cerca cuando esté en la alberca (o playa). Es posible que necesite usar un chaleco salvavidas para perros para que esté más seguro.

Cloro: un peligro para las mascotas

No hace falta decir que nunca debes dejar que tu mascota tome agua de las albercas (o del mar, estanques, lagos y ríos). En las albercas, un factor de riesgo son los productos químicos que se utilizan para desinfectar el agua, en especial el cloro.

Si bien, varios estudios han demostrado los peligros de la exposición al cloro en humanos, existen muy pocos estudios sobre sus riesgos en las mascotas. Sin embargo, estos peligros si existen y son igual de graves en nuestros compañeros peludos.

Un estudio que se publicó en la revista Veterinary and Comparative Oncology,3 encontró que la exposición a subproductos del proceso de cloración como los trihalometanos (TTHM), en especial el bromoformo, podría tener una relación con un riesgo mayor de carcinoma de células uroteliales canino (cáncer del tracto urinario). De acuerdo con los investigadores:

“Encontramos un vínculo importante entre el carcinoma de células uroteliales canino, el uso de albercas y las concentraciones más elevadas de subproductos de cloración (TTHMs) en el agua potable municipal. Estos hallazgos son consistentes con estudios del CCU en personas y podrían representar factores de riesgo causales.
Si es causal, nuestros hallazgos respaldarían la recomendación de que los dueños de perros de razas más propensas al CCU, como los Terriers Escoceses, Pastores de Shetland y Terriers blancos de West Highland, no permitan que su perros naden en albercas con agua clorada y, lo más importante, consideren instalar filtros de agua en el hogar que eliminen los trihalometanos".4

Por lo tanto, si quieres mantener tu alberca limpia y eliminar bacterias, algas y otros organismos, lo mejor es cambiar el cloro por una alternativa menos fuerte como el bromo. Ahora bien, el bromo tiene algunas desventajas, ya que no sólo es más caro que el cloro, sino que también es menos estable cuando se expone a la luz solar.

Si deseas evitar por completo el cloro y bromo, puedes realizar un tratamiento de choque de mantenimiento cada cinco o seis días. Esto evitará que crezcan algas. El tratamiento de choque se volatiliza en unas 24 a 48 horas, por lo que podrán utilizar su alberca de forma segura por varios días.

También es importante disminuir la cantidad de material orgánico que llevas a la alberca, ya que reducirá la cantidad de subproductos de desinfección. Báñate antes de nadar y enséñale a tus hijos a no orinar en la alberca. En cuanto a tus amigos peludos, cepillalos bien y enjuagalos con una manguera para eliminar el exceso de pelo y caspa antes de meterse a nadar.

Consejos de seguridad en la alberca

Al igual que con los niños pequeños, siempre debes estar atento cuando tu mascota está en la alberca. Incluso si tu mascota sabe nadar, es mejor ser precavido para evitar incidentes desagradables. Estos son algunos consejos que pueden ayudarte:

  • Además de asegurarte de que tu perro sabe nadar, enséñale cómo salir de la alberca, para que cuando se canse pueda salir sin ningún problema.
  • Pon atención si a tu perro le encanta chapotear con la boca abierta o si traga agua mientras nada.
  • Siempre debes estar atento a las señales que indican que es hora de salir de la alberca. Revisa si sus ojos están rojos, si tose o parece cansado.
  • No dejes que nade mucho tiempo, en especial en las albercas con cloro. Estar mucho tiempo dentro del agua podría provocar irritación en la piel y ojos.

Cómo prevenir las infecciones del oído después de nadar

Si bien, las sesiones de natación son divertidas, es importante brindarle el cuidado adecuado para prevenir problemas de salud, como infecciones en el oído. Esto sucede cuando el agua entra al canal auditivo y la humedad crea un entorno ideal para que se desarrollen hongos y bacterias, lo que provoca inflamación e infecciones.

Los perros más propensos son los de orejas caídas, como los Basset Hounds y Cocker Spaniels ya que sus orejas cubren el canal auditivo, lo que favorece la humedad. Los perros con alergias o afecciones de la piel también son más vulnerables, ya que sus defensas del oído contra infecciones son más débiles. 5 Para prevenir infecciones de oído, sigue estas recomendaciones antes y después de nadar:

Antes

• Revisale los oídos en busca de señales de infección antes de que se meta a nadar.

• Si ves signos de inflamación, como enrojecimiento dentro de los oídos, no dejes que se meta a la alberca.

• Cortale el exceso de pelo de las orejas para evitar que se genere humedad.

Después

• Cuando salga de la alberca, dejalo que se sacuda muy bien para eliminar el

exceso de agua.

• Utiliza una toalla limpia o secadora de cabello (nunca a una temperatura muy caliente) para secarle bien las orejas. También puedes utilizar una solución secante.

• Recuerda estar atento a síntomas como rascado de oídos, sacudidas de cabeza, inflamación, olor y secreción.