📝    HISTORIA EN BREVE

  • A pesar de que los gatos han sido parte de nuestras vidas durante miles de años, sabemos muy poco sobre cómo llegaron a ser domesticados
  • Hace poco, un equipo internacional de investigación, a través de secuenciar el genoma, encontró evidencia de ADN de domesticación felina
  • Descubrieron que, los gatos domésticos se distanciaron de los gatos salvajes en las áreas de agresión, formación de memoria y comportamiento de búsqueda de recompensas

Los seres humanos hemos convivido con los gatos como compañeros durante casi 10 mil años, pero a pesar de todo el tiempo de calidad que pasamos con ellos, todavía sabemos muy poco sobre cómo se les domesticó.

Desde hace casi 30 mil años los seres humanos y los perros han vivido en cooperación, por ello se les considera ya como domesticados. Por otra parte, de acuerdo con Wesley Warren Ph. D.1 de la Facultad de Medicina de la Universidad de Washington y autor principal de un análisis del genoma del gato que se publicó a fines del año pasado en las Actas de la Academia Nacional de Ciencias: 

“A los gatos se les semidomesticó, sólo se separaron de los gatos salvajes, y algunos incluso todavía se reproducen con sus parientes salvajes. Por eso nos sorprendió encontrar evidencia de ADN de su domesticación". 2

Gatos domésticos vs gatos salvajes

Los científicos aprenden sobre la genética de la domesticación al evaluar qué partes del genoma se alteran como resultado de la convivencia de animales con seres humanos. El equipo de investigación, dirigido por la Universidad de Washington, comparó los genomas de los gatos domésticos con los de los salvajes, para buscar áreas específicas del genoma del gato doméstico que experimentaron cambios rápidos.

Descubrieron que, en comparación con los gatos salvajes, los domésticos tienen más mutaciones en genes involucrados en la mediación del comportamiento agresivo, la formación de recuerdos y el control de la habilidad de aprender a partir de estímulos basados ​​​​en el miedo o en la recompensa. Los gatos con mutaciones genéticas favorables a la domesticación se aparearon y transmitieron esos rasgos de padres a hijos, hasta que hubo una población considerable de gatos menos agresivos.

De acuerdo con Stephen O'Brien, otro de los autores principales del artículo y director científico del Centro Theodosius Dobzhansky de Bioinformática Genómica en San Petersburgo, Rusia:

“Existe una gran diferencia entre los gatos domésticos y los salvajes. El gato doméstico se sentará en tu regazo, mientras que el salvaje intentará tocar tu espalda”.

Los investigadores plantean la hipótesis de que hace miles de años es probable que los seres humanos comenzaron a apreciar a los gatos por sus habilidades para controlar roedores. Y, para atraer a los gatitos a que se quedaran, los seres humanos les ofrecieron recompensas de comida.

Proyecto sobre el genoma del gato

Esta investigación es en realidad parte de un proyecto más amplio de secuencia del genoma del gato, que comenzó en 2007 para estudiar las enfermedades hereditarias en los gatos domésticos. Algunas de esas enfermedades son similares a las de los seres humanos, incluyendo los trastornos neurológicos y las enfermedades infecciosas y metabólicas.

Para dicho estudio, los investigadores secuenciaron a una gata abisinia hembra llamada Cinnamon, cuyo linaje se remonta a varias generaciones. El secuenciar a Cinnamon, proporcionó el genoma de referencia. Los investigadores también obtuvieron la secuencia de los genomas de ciertos gatos domésticos de raza pura, y determinaron que, ciertas características como el color, la textura y el patrón del pelaje, así como la estructura facial y la docilidad de un gato son marcadores de su domesticación.

Asimismo, compararon el genoma del gato con el de otros mamíferos, incluyendo un tigre, una vaca, un perro y un ser humano, para aprender más sobre la biología felina. Las diferencias que descubrieron en el genoma del gato ayudan a explicar por qué los gatitos son carnívoros obligados, y cómo su vista y sentido del olfato difieren de los de otros animales.

Por ejemplo, los investigadores encontraron mutaciones genéticas específicas que metabolizan grasas en gatos y tigres, que les dan la habilidad de digerir comidas grasas de proteína animal. Dichas mutaciones no están presentes en los genes de las vacas y los seres humanos.

El equipo también descubrió que, los gatos tienen menos genes para el olfato que los perros, porque dependen menos de dicho sentido para cazar. No obstante, tienen más genes detectores de feromonas que les permiten buscar pareja, lo que puede ser un desafío para animales que son por naturaleza solitarios.

A su vez, los gatitos tienen mejor audición que la mayoría de los carnívoros, y su visión es extraordinaria con poca luz, lo que tiene sentido, ya que tienden a ser más activos al amanecer y al anochecer.

Por lo que, si bien los genomas de los gatos domésticos cambiaron muy poco desde que se separaron de sus contrapartes salvajes, aún es posible ver marcadores de una mayor domesticación.