HISTORIA EN BREVE
- Un estudio reciente sobre la rotura de los ligamentos cruzados craneales (LCC) en perros de agilidad sugiere que hay un mayor riesgo de lesiones cuando realizan ciertas actividades físicas o cuando no hacen ejercicio de manera regular para fortalecer la zona media
- Existe una gran variedad de actividades que pueden realizar los perros de agilidad para correr un menor riesgo de sufrir lesiones (tales como ejercicios de equilibrio y fortalecimiento de la zona media, 'dock diving' o salto de muelle y el trabajo de olfateo)
- El ‘flyball’ es una actividad que parece aumentar el riesgo de rotura de los LCC en los perros de agilidad, al igual que el tamaño del canino y la castración a una edad temprana
- El entrenamiento de agilidad puede ser una excelente forma de fortalecer el vínculo con tu mascota si se prepara de manera adecuada; los cursos de agilidad tienen el objetivo de despertar el impulso natural de los perros por correr, saltar, perseguir y cazar
- Es importante tomar medidas antes y después de realizar las actividades para prevenir lesiones
Por la Dra. Karen Shaw Becker
Un estudio reciente sobre la rotura de los ligamentos cruzados craneales (LCC) en perros de agilidad, sugiere que corren un mayor riesgo de sufrir este tipo de lesión cuando participan en actividades como el flyball o cuando no hacen ejercicio de manera regular para fortalecer la zona media.
El daño al ligamento cruzado craneal es la segunda afección ortopédica más común en los perros (la primera es la displasia de cadera) y la que requiere cirugía con mayor frecuencia.
Ubicación y propósito de los ligamentos cruzados craneales
Los ligamentos cruzados son bandas de tejido fibroso, existen dos por articulación de la rodilla (llamado "stifle") en las patas traseras de los perros. Los ligamentos son los estabilizadores principales de la articulación de la rodilla ya que conectan el fémur, que es el hueso que se encuentra sobre la misma, y la tibia, el que se encuentra debajo. Se cruzan uno sobre otro, con una banda que se extiende desde adentro hacia afuera de la articulación de la rodilla, y la otra desde afuera hacia adentro. En los seres humanos, los LCC se denomina como ligamento cruzado anterior (LCA).
Dentro de la articulación de la rodilla, entre el fémur y la tibia, existe un material cartilaginoso conocido como menisco. La función del menisco es amortiguar los impactos y ayudar a soportar la carga, y puede dañarse cuando existe una lesión en los ligamentos cruzados.
Las lesiones de los LCC se observan en perros de todos los tamaños y edades, pero se pueden apreciar con mayor frecuencia en ciertas razas como: akita, perro perdiguero de la Bahía de Chesapeake, labrador retriever, mastín, terranova, rottweiler, san bernardo y staffordshire terrier. Investigaciones han permitido identificar un componente genético para esta enfermedad en los terranova y labradores.
Las razas con poca probabilidad de desarrollar una enfermedad de los LCC incluyen: el sabueso, el perro salchicha, el galgo y el viejo pastor inglés. Esta afección casi nunca se presenta en gatos.
Factores que pueden contribuir a un menor riesgo de lesión de los LCC
El estudio sobre las lesiones de los LCCincluyó una encuesta de más de 1200 perros de agilidad y estuvo a cargo de un grupo de investigadores en veterinaria de la Universidad Estatal de Washington y la Universidad de California, Davis. Los resultados revelaron que casi cualquier tipo de ejercicio físico puede ayudar a correr un menor riesgo de sufrir una rotura de los ligamentos. Aun así, algunos ejercicios parecen implicar un mayor riesgo, al igual que el tamaño y la figura del perro (es decir, la raza). De acuerdo con la veterinaria Deb Sellon, autora principal del estudio:
"Los ejercicios de equilibrio, las tablas de bamboleo y cualquier actividad que fortalezca la zona media del perro parecen ayudar a que haya menos probabilidades de sufrir una rotura de ligamentos. Descubrimos que la condición física es tan importante para los perros como para las personas, pero no se había demostrado".
Sellon fundó la Agility Dog Health Network de la Universidad Estatal de Washington, a la que se accedió como parte del estudio. En colaboración con el coautor del estudio, Denis Marcellin-Little, especialista en ortopedia veterinaria de la UC Davis, utilizó un tipo de análisis estadístico del riesgo para buscar tendencias en 260 perros de agilidad que sufrieron rotura del ligamento y en 1002 que no se lesionaron.
Descubrieron que, además de los ejercicios para fortalecer la zona media y mejorar el equilibrio, algunas actividades como el ‘dock diving’ (salto de muelle), el barn hunt (caza en el granero) y el trabajo de olfateo también se relacionan con un menor índice de rotura de los LCC. Resulta interesante que las actividades usuales de los perros, como nadar, jugar a atrapar objetos, pasear y correr, no aumentaron ni disminuyeron el riesgo de lesiones.
Otro hallazgo interesante fue que los perros que competían con frecuencia en pruebas de agilidad, a un nivel superior y en actividades más rigurosas en términos técnicos, tenían menos probabilidades de sufrir una rotura de los LCC.
Factores que aumentan el riesgo de rotura de los LCC
Las actividades que causaron más probabilidades de lesión fueron los paseos breves una vez a la semana o las carreras en terrenos montañosos o planos. Vale la pena señalar que muchas de esas lesiones se presentaron en perros "principiantes" (estaban empezando su entrenamiento de agilidad) que tenían poca fuerza en la zona media debido a la falta de ejercicio regular o a los días de descanso.
De todas las actividades que evaluaron los autores del estudio, la más peligrosa era entrenar o participar en competencias de ‘flyball’. Los perros de agilidad que participaban en esta competencia tenían casi el doble de probabilidades de sufrir una rotura de los LCC que otros perros. Cerca del 12 % de los que jugaban flyball sufrieron dicha lesión.
Los resultados del estudio confirmaron algunos factores de riesgo que ya se conocían, tales como la esterilización en perritas menores de un año, que tenían el doble de probabilidades de sufrir rutura de los LCC que las que se habían sometido al procedimiento después de esa edad. Esto demuestra la importancia de las hormonas sexuales en el desarrollo físico de los animales jóvenes.
Los resultados de la encuesta también demuestran que los pastores australianos y los labradores retriever tienen más del doble de probabilidades de sufrir esta lesión, y que los rottweilers y los perros ovejeros australianos tienen un riesgo cuatro veces mayor.
"Los perros de mayor tamaño que practican deportes de agilidad suelen tener menos equilibrio, así que no es una sorpresa que los rottweiler o los pastores australianos tengan un mayor riesgo de sufrir una rotura en comparación con las razas más pequeñas", aseguró Marcellin-Little. "Es posible que la cola también sea un factor de riesgo, ya que se ha demostrado que es de vital importancia para los guepardos, así que se puede inferir que juega un rol en el equilibrio de los perros".
Los autores del estudio señalan que, a pesar de que aún falta mucho por investigar, los resultados de su encuesta pueden ser de utilidad para los veterinarios (y dueños de perros).
"Esta investigación nos ayuda a tener menos dudas; no nos brinda certeza, pero podría hacernos reflexionar y ayudarnos a buscar áreas de investigación en las que podamos enfocarnos en el futuro", dijo Marcellin-Little. "Ese es el tipo de investigación que busca apoyar la Agility Dog Health Network".
¿Deseas que tu perro comience un entrenamiento de agilidad?
Este deporte es una actividad para perros que puede darte la oportunidad de pasar más tiempo con tu mascota y fortalecer tu vínculo con ella. Puede ser muy beneficioso, en especial si tu perro tiene mucha energía.
El entrenamiento de agilidad consiste en aprender lo necesario para participar en carreras de obstáculos, esquivar postes, atravesar túneles, saltar a través de aros, caminar por balancines y mucho más, y puede brindarle a tu perro (al igual que a ti) diversos beneficios mentales y físicos invaluables; puedes verlo como una aventura "solo por diversión" o de manera competitiva.
El experto en agilidad Jill Hedgecock publicó en un artículo para la revista en línea Bark algunas razones para considerar esta actividad con tu perro:
- Puedes estar con tu compañero canino mientras realizas una actividad divertida
- Aprendes nuevas formas de comunicarte con tu perro
- Ambos realizan mucho ejercicio
- Es una oportunidad para mejorar el comportamiento y la confianza de tu perro en otros ámbitos
En lo que respecta a la seguridad y la salud de los perros que participan en actividades de agilidad, ten presente que es imposible evitar que sufra alguna lesión en cualquier momento, pero es posible reducir las posibilidades de que tu atleta canino se lastime si tomas algunas medidas preventivas.
Para preparar a tu perro para competir y prevenir lesiones es muy importante el entrenamiento y el acondicionamiento adecuado. El acondicionamiento diario específico para el deporte, el entrenamiento dirigido y la práctica de algún entrenamiento de agilidad varias veces a la semana ayudarán a acondicionar el sistema musculoesquelético de tu perro para manejar las demandas de este juego o competencia que requiere mucha energía.
Sin lugar a dudas, la mayoría de las lesiones relacionadas con el entrenamiento de agilidad no se deben a un accidente en el curso (que pueden suceder), sino por un mal acondicionamiento corporal, poca resistencia de los músculos y los tendones o participar en las actividades antes de que el sistema musculoesquelético se recuperara de sesiones anteriores.
El calentamiento antes de competir ayuda a que el cuerpo de tu perro se prepare para la acción. El tiempo adecuado de calentamiento es de 5 a 15 minutos de caminata o trote ligero en una superficie similar a la del evento. Entre otros beneficios, esto permitirá que tu perro se adapte al nuevo entorno. Después, puede dar saltos cortos por períodos breves para mantener los beneficios del calentamiento hasta la hora del show.
El calentamiento debe incluir algunos estiramientos activos para reducir el riesgo de torceduras y esguinces. Los estiramientos activos implican movimientos que estiran las piernas y la columna vertebral de tu perro de manera que imitan los movimientos que realizará durante la competencia. Recuerda, estos son estiramientos activos (no estiramientos pasivos o estáticos) que debe realizar justo después del período de calentamiento, cuando los músculos de tu perro siguen calientes.
Después de cada sesión de entrenamiento o competencia, tu perro debe tener un período que le permita recuperar su temperatura normal. Disminuye la intensidad del ejercicio poco a poco de 10 a 15 minutos, puedes lograr esto si lo ayudas a pasar del trote a caminar rápido y procurar que siga caminando a un paso lento durante 5 minutos.
Los ejercicios pasivos de rango de movimiento y estiramientos estáticos deben realizarse mientras sus músculos siguen calientes, nunca cuando ya se enfriaron. Procura que haga estiramientos estáticos de sus grandes grupos musculares (cuádriceps, isquiotibiales, paraespinales, tríceps) de manera que logre mantener su longitud y flexibilidad.
Entre los eventos de agilidad, puedes ayudar a mantener la estructura de tu perro con el mantenimiento de rutina, como quiropráctica, acupuntura, fisioterapia, masajes, entrenamiento de fuerza y estiramientos. Si vives en los Estados Unidos, da clic aquí para encontrar fisioterapeutas y veterinarios que puedan ayudarte a prevenir o tratar lesiones de los LCC.
Si los atletas caninos practican el deporte y su dieta se basa en alimentos ultraprocesados (croquetas), lo mejor es darles nutrientes y suplementos que favorezcan los ligamentos, ya que la comida rápida no contiene los cofactores nutritivos que necesita para mantener la resistencia de los tendones y ligamentos, además de que no ofrece polifenoles bioactivos que les permitan recuperarse con facilidad de las microlesiones.
Todo lo que hagas para mantener el sistema musculoesquelético de tu perro en buenas condiciones ayudará a prevenir lesiones durante el entrenamiento y las competencias y a mantener su movilidad y calidad de vida a largo plazo.